Orden PRE/2424/2008, de 14 de agosto, por la que se da publicidad al Acuerdo del Consejo de Ministros de 14 de agosto de 2008, sobre medidas de reforma estructural y de impulso de la financiación de las pequeñas y medianas empresas.

MarginalBOE-A-2008-13881
SecciónI - Disposiciones Generales
EmisorMinisterio de la Presidencia
Rango de LeyOrden

El Consejo de Ministros, en su reunión de 14 de agosto de 2008, y a propuesta del Vicepresidente Segundo del Gobierno y Ministro de Economía y Hacienda y de los Ministros de Justicia, de Administraciones Públicas, de Industria, Turismo y Comercio, de Fomento, de Vivienda, de Ciencia e Innovación, de Sanidad y Consumo y de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, ha adoptado un Acuerdo sobre medidas de reforma estructural y de impulso de la financiación de las pequeñas y medianas empresas.

Para general conocimiento se dispone su publicación como anexo a la presente Orden.

Madrid, 14 de agosto de 2008.-La Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega Sanz.

ANEXO

Acuerdo de Consejo de Ministros sobre medidas de reforma estructural y de impulso de la financiación de las pequeñas y medianas empresas

La economía española ha pasado en pocos meses de una situación caracterizada por un elevado crecimiento y una intensa creación de empleo, a experimentar una fuerte ralentización, que se traduce en un comportamiento negativo de la renta, los precios y el empleo. Este deterioro de la situación económica se ha producido con mayor rapidez a la prevista como consecuencia de la confluencia de tres factores: las turbulencias financieras, la subida de los precios internacionales del petróleo y los alimentos y, finalmente, un ajuste intenso del sector inmobiliario.

En agosto de 2007 se desencadenó un episodio de intensas turbulencias financieras que, en un primer momento, afectaron casi exclusivamente a los inversores en hipotecas de baja calidad de Estados Unidos e instrumentos financieros respaldados por estos activos, pero que se fue extendiendo a otros mercados hasta generar una importante restricción en el crédito a nivel internacional, que aún persiste.

Por otra parte, el precio del petróleo, que mantenía una tendencia alcista desde comienzos de 2007, inicia un proceso de crecimiento intenso y continuado a partir de septiembre del año pasado, que se ha extendido a otras materias primas, incluyendo diversos alimentos básicos. El precio del petróleo en dólares prácticamente dobla al de hace un año y multiplica por cuatro al del periodo 2000-2003.

El resultado de estas dos perturbaciones es el conocido: menor crecimiento y tensiones inflacionistas de forma generalizada a nivel internacional. España, obviamente, no puede mantenerse al margen de estos impactos negativos, de modo que se ha intensificado la desaceleración de la actividad económica y el empleo, con un especial protagonismo negativo del sector de la construcción, cuyo ajuste está siendo más acelerado de lo deseable. Paralelamente, ha aumentado la tasa de inflación de forma considerable, a causa del encarecimiento del petróleo y, en menor medida, de algunos alimentos.

Esta situación genera un coste ineludible para nuestra economía que tiene una gran dependencia del exterior tanto en materia energética, como de recursos financieros. El encarecimiento del petróleo y otras materias primas importadas, así como de la financiación exterior, supone una pérdida de renta para la economía española en conjunto. Además, la combinación de menor crecimiento económico con inflación elevada plantea un reto especialmente exigente para la política económica.

Estos factores globales han supuesto un claro empeoramiento de las perspectivas de la economía española en un momento en el que, además, ya se había iniciado un proceso de ajuste en el mercado inmobiliario. Este proceso se inició en el año 2007 y se ha acentuado drásticamente en la primera mitad de este año, como ponen de manifiesto los indicadores de actividad y empleo del sector. En este sentido, cabe esperar que la rapidez del ajuste, mayor de la que habíamos anticipado, contribuya a acortar el período de normalización de la actividad inmobiliaria en nuestro país, acomodando la oferta y la demanda de vivienda, permitiendo que su recuperación sea también más rápida.

En este contexto, la evolución de la coyuntura internacional y el análisis de los principales indicadores de la economía española han llevado al Gobierno a revisar recientemente sus previsiones de crecimiento para este ejercicio y el siguiente, hasta tasas del 1,6% y del 1%, respectivamente.

Nos enfrentamos a un período de crecimiento débil y de inflación relativamente elevada, que acarreará dificultades de distinta naturaleza, entre las que cabe resaltar el deterioro de la creación de empleo, el impacto negativo sobre la renta real de las familias, el aumento de los costes energéticos, así como el encarecimiento del crédito y la mayor dificultad para acceder a nueva financiación.

Para enfrentar esta situación, ya a lo largo de los últimos meses, el Gobierno ha ido poniendo en marcha un amplio grupo de medidas de choque para hacer frente al nuevo escenario económico. En una primera actuación de urgencia, el primer Consejo de Ministros de esta legislatura se aprobó un Plan de medidas de estímulo económico dirigido tanto a empresas como ciudadanos. Seguidamente se han ido poniendo en marcha otros instrumentos para paliar la desaceleración y amortiguar su impacto en el crecimiento y el empleo.

Más allá de estas medidas de corto plazo, el Gobierno tiene una estrategia de más alcance en materia de política económica basado en un programa de reformas estructurales encaminadas a modernizar y flexibilizar la economía, aumentar nuestro potencial de crecimiento y, en definitiva, alcanzar un modelo de crecimiento basado en la productividad. Las iniciativas de reforma estructural resultan aún más importantes en el actual contexto de incertidumbre en los mercados financieros internacionales y en el que se están produciendo cambios notables en los precios relativos de las materias primas, ya que permiten mejorar la rapidez de respuesta de la economía a la evolución de la coyuntura...

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