Ley 24/2007, de 9 de octubre, por la que se modifica la Ley 50/1981, de 30 de diciembre, reguladora del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.

Fecha de Entrada en Vigor11 de Octubre de 2007
MarginalBOE-A-2007-17769
SecciónI - Disposiciones Generales
EmisorJefatura del estado
Rango de LeyLey

JUAN CARLOS I

REY DE ESPAÑA

A todos los que la presente vieren y entendieren.

Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente ley.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

I

El artÃculo 124 de la Constitución atribuye al Ministerio Fiscal la misión de promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley. En aras de alcanzar una mayor eficacia y eficiencia en el cumplimiento de tal relevante misión del Ministerio Público se hace necesario abordar una serie de modificaciones sustanciales en el vigente Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, aprobado por Ley 50/1981, de 30 de diciembre, norma que, si bien ha supuesto una sólida base para la regulación del Ministerio Fiscal durante veinticinco años, necesita una adaptación en su conjunto a las nuevas exigencias que la sociedad reclama.

En efecto, el desarrollo social, económico y tecnológico de un lado, y la consolidación del Estado de las AutonomÃas de otro, junto a la evolución del proceso -en especial del proceso penal -hacia fórmulas que exigen una presencia e intervención mucho mayor del Fiscal, exigen hoy la reordenación Ãntegra de las coordenadas organizativas del Ministerio Público, en el doble plano de su capacidad de especialización y de implantación territorial, de modo que su necesaria unidad de actuación se traduzca, como garantÃa esencial de los ciudadanos, en una presencia del Fiscal igual, y con el mismo grado de especialización por materias, en cualquier punto de España.

La presente reforma persigue, en primer lugar, reforzar la autonomÃa del Ministerio Fiscal como órgano de relevancia constitucional y la mejora de su capacidad funcional, con especial atención, en este terreno, a la FiscalÃa General del Estado. Persigue también actualizar su estructura, buscando una mayor eficacia conforme a un criterio de especialización y de reordenación de su modelo de implantación geográfica. Y, por último, se propone introducir mejoras de carácter técnico que afectan a la regulación de los procedimientos de actuación externos e internos de la FiscalÃa, al tiempo que pretende conseguir una más clara definición de la Carrera Fiscal como carrera profesional, favoreciendo un escalonamiento más racional de la pirámide jerárquica en la que se integran los Fiscales.

II

Uno de los objetivos que se pretende alcanzar con la presente reforma es dotar al Ministerio Fiscal de una mayor autonomÃa en el desempeño de sus funciones, que contribuya a reforzar de cara a la sociedad el principio de imparcialidad que preside su actuación de conformidad con lo previsto en el artÃculo 124.1 de la Constitución.

Para ello, se modifica el régimen de nombramiento y cese del Fiscal General del Estado, estableciendo nuevas garantÃas adicionales en su regulación, y respetando en todo caso el sistema de designación que se regula en el artÃculo 124 de la Constitución. En este sentido, el candidato a Fiscal General propuesto por el Gobierno, tras la preceptiva audiencia del Consejo General del Poder Judicial, deberá someterse a una comparecencia ante una Comisión del Congreso de los Diputados antes de ser nombrado por el Rey. Al tiempo, la introducción de causas objetivas de cese constituye una garantÃa del margen de autonomÃa del Fiscal General al desaparecer la libre decisión de cese sin causa por parte del Ejecutivo.

Para garantizar la mayor autonomÃa del ministerio público en el ejercicio de sus funciones, se introduce la necesaria intervención de la Junta de Fiscales de Sala, máximo órgano asesor del Fiscal General en materia jurÃdica, siempre que el Fiscal General vaya a impartir instrucciones a sus subordinados en cualquier asunto que afecte a miembros del Gobierno, cualquiera que sea la posición procesal de éstos.

En esta misma lÃnea, se modifica el régimen de abstención de los Fiscales, de modo que la decisión de apartar o no al Fiscal General del Estado en estos casos se residencia en el interior del propio Ministerio Fiscal, en concreto en la Junta de Fiscales de Sala, aprovechando su condición de órgano colegiado de perfil esencialmente jurÃdico.

Finalmente, se reafirma el carácter neutral y operativo de los órganos técnicos de la FiscalÃa General del Estado, lo que supone incluir una expresa previsión legal de que los miembros de la SecretarÃa Técnica, la Unidad de Apoyo y la Inspección no puedan presentarse como candidatos a las elecciones al Consejo Fiscal.

III

La necesidad de modernizar y racionalizar la estructura del Ministerio Fiscal constituye otro de los objetivos principales de la presente Ley. Con tal finalidad se potencia la figura del Teniente Fiscal del Tribunal Supremo, redefiniendo de modo explÃcito sus funciones de dirección ordinaria de la FiscalÃa del Alto Tribunal y de sustitución del Fiscal General, y reflejándose esa mayor relevancia institucional en el sistema de provisión del cargo, al exigir una antigüedad de al menos tres años en la primera categorÃa de la carrera fiscal.

Por otro lado, se introduce la Unidad de apoyo como órgano integrado por Fiscales y funcionarios, que queda encargado de labores de asistencia a la FiscalÃa General del Estado en materia de representación institucional y relaciones con los poderes públicos; de la comunicación y relaciones con los medios y gestión de la atención al ciudadano, y de análisis y determinación de las propuestas relativas a necesidades de organización y funcionamiento del Ministerio Fiscal en materia de estadÃstica, informática, personal, medios materiales, información y documentación.

También como novedad, con absoluto respeto del régimen de la Ley Orgánica 4/1987 de 15 de julio de Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar, se incorpora en esta Ley la figura de la FiscalÃa JurÃdico Militar, como órgano del Ministerio Fiscal. De ahà que deba ser ubicada sistemáticamente dentro del Estatuto como corresponde al principio de unidad orgánica, pese a que, con la sola excepción de un Fiscal de Sala, se trate de una FiscalÃa no servida por la Carrera Fiscal.

También, desde el punto de vista de la racionalización del funcionamiento del Ministerio Fiscal, se regula como novedad la figura del Fiscal de Sala Delegado, que supone la consagración legal del clásico sistema de delegación de funciones por parte del Fiscal General. Las ventajas del nuevo sistema son, de un lado, la descarga del evidente exceso de concentración de tareas en la figura del Fiscal General, y de otro, el facilitar la asunción por dichos Fiscales de Sala Delegados de responsabilidades en materia de coordinación e impartición de criterios a través de la propuesta al Fiscal General de aquellas circulares o instrucciones que consideren necesarias, tarea esta que, desde el punto de vista de la unidad de actuación, queda mejor cubierta atendido su grado de especialización y experiencia.

IV

En aras de lograr una mayor eficiencia en la actuación del Ministerio Fiscal se opta decididamente por dar un mayor impulso al principio de especialización como respuesta a las nuevas formas de criminalidad que han ido surgiendo en los últimos tiempos. Esta opción tiene su máxima expresión en las FiscalÃas Especiales, denominación genérica que a partir de ahora se extiende a las dos que vienen operando en el ámbito estatal, respecto de las cuales se propone una refundición del texto legal que unifique en lo posible su naturaleza, su régimen de organización y su funcionamiento. El primero de los cambios que se opera afecta a la concreta denominación de cada una de estas FiscalÃas Especiales, que pasan respectivamente a llamarse FiscalÃa Antidroga, y FiscalÃa Anticorrupción y contra la Delincuencia Organizada.

En la delimitación competencial de la FiscalÃa Antidroga se opta, de una parte, por simplificar una excesivamente casuÃstica y en buena medida redundante enumeración de cometidos, y de otra, por extender su ámbito de actuación a todos aquellos expedientes y procedimientos que se refieran a asuntos para los que es competente por razón de la materia. Al tiempo, se incluyen de manera expresa en su ámbito competencial los delitos de blanqueo de capitales relacionados con el tráfico de estupefacientes.

Con relación a la FiscalÃa Anticorrupción y contra la Delincuencia Organizada se realiza una reforma de mayor calado, ya que se actualiza la lista de delitos objeto de su actividad con clara vocación de futuro, como demuestra el hecho de que se contemple la futura incorporación al Código Penal de los delitos de corrupción en el sector privado, fruto de los compromisos europeos de España en materia de armonización legal; al tiempo que se suprimen las referencias concretas a la ubicación sistemática de los tipos en el Código Penal, prefiriendo, por su mayor perdurabilidad, la mención genérica del "nomen iuris" de los correspondientes delitos. El mayor cambio, en todo caso, respecto a esta FiscalÃa Especial se produce al ampliar su radio de actuación a todo un género de actividades presuntamente delictivas que hasta el presente podÃan quedar extramuros de su marco competencial, y que coinciden con la noción genérica de delincuencia organizada.

Por otra parte, para facilitar la actuación de esta FiscalÃa especializada se amplia el plazo de las diligencias de investigación que pueda llevar a cabo respecto de los delitos de su competencia hasta una duración máxima de doce meses salvo prórroga acordada mediante Decreto motivado del Fiscal General del Estado.

V

La organización territorial del Ministerio Fiscal es objeto de nueva regulación para lograr un doble objetivo: de una parte, su adecuación al Estado de las AutonomÃas, y de otra, para permitir un despliegue territorial más eficiente que permita hacer frente en mejores condiciones a las funciones que tiene atribuidas el Ministerio Fiscal.

Para acomodar la organización territorial del Ministerio Fiscal al modelo constitucional del Estado de las AutonomÃas se opta por reforzar en todos los aspectos la figura del Fiscal en el ámbito de las Comunidades Autónomas, mediante la creación de la figura del Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma, que viene a sustituir a los actuales Fiscales Jefes de los Tribunales Superiores de Justicia. Este nuevo Fiscal Superior asume la representación institucional del Fiscal en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma, además de hacerse cargo de la dirección efectiva del Ministerio Público en dicho territorio. Por otro lado, el Fiscal Superior tiene, al mismo tiempo, una dimensión institucional en cuanto interlocutor con las autoridades de la Comunidad Autónoma, ya que queda obligado a remitir, y en su caso presentar, la Memoria anual ante la Asamblea Legislativa de la Comunidad.

Esta necesaria adecuación a la organización territorial del Estado de las AutonomÃas se consigue también mediante la creación de la Junta de Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas, que pretende articular en un vértice colegiado esa dimensión territorial del Fiscal, cuyo reflejo orgánico hasta ahora ha sido exclusivamente radial, sin mecanismos institucionales de coordinación horizontal, que a la postre se han demostrado como imprescindibles para una adecuada y efectiva aplicación del principio de unidad de actuación en todo el territorio del Estado.

VI

Entre los cambios organizativos se encuentra la modificación de la relación entre la estructura de la FiscalÃa a nivel provincial y en el ámbito de la Comunidad Autónoma, estableciéndose expresamente la existencia de dependencia jerárquica entre el Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma y los Fiscales Jefes de las provincias, a los que presidirá en la correspondiente Junta y respecto de quienes ejercerá todas las funciones que implica, en la regulación del Estatuto, la superioridad jerárquica.

De ahà que, por tanto, el Fiscal Superior aparezca en la presente Ley como Fiscal Jefe de la FiscalÃa de la Comunidad Autónoma, y que ésta venga a constituirse como órgano diferenciado de las FiscalÃas de las Audiencias Provinciales. Este desdoblamiento orgánico tiene como consecuencia la aparición de un Fiscal Jefe Provincial allá donde en la actualidad sólo existe el del Tribunal Superior de Justicia, y la dotación de la correspondiente plantilla de la FiscalÃa de la Comunidad Autónoma, cuyos integrantes despacharán los asuntos del Tribunal Superior, dado el previsible incremento de su volumen de actividad como consecuencia de las reformas procesales en marcha. No obstante, queda a salvo la posibilidad de que en aquellas Comunidades Autónomas uniprovinciales en las que el volumen de trabajo no justifique el desdoblamiento de órganos, pueda mantenerse la actual acumulación de funciones en una sola FiscalÃa, que será la de la Comunidad Autónoma, y en un solo Jefe, que será el Fiscal Superior.

VII

Para lograr el objetivo de alcanzar un despliegue territorial más eficiente del Ministerio Fiscal para el desempeño de sus funciones, se introducen cambios en la organización a nivel provincial, asà como en la articulación territorial de la especialización de la FiscalÃa a través de las correspondientes secciones.

En el ámbito provincial se sustituye la clásica denominación de FiscalÃa de la Audiencia Provincial por la de FiscalÃa Provincial, pues se constata que este órgano no sólo atiende a la Audiencia, sino que también presta servicio al conjunto de los juzgados y tribunales de la provincia.

En esta materia la principal novedad se encuentra en la regulación de la estructura infraprovincial, que se realiza sobre la base de dos nuevas figuras: las FiscalÃas de Área y las Secciones Territoriales de las FiscalÃas Provinciales. La finalidad de superar el actual sistema de adscripciones permanentes, los conocidos como destacamentos, y la necesidad de crear una estructura del Ministerio Fiscal a nivel del territorio de la provincia que permita la cercanÃa a los órganos jurisdiccionales no radicados en la capital, y que permita de futuro una eventual asunción de la dirección de la investigación penal por parte de los Fiscales, son razones suficientes para que esta Ley venga a articular la organización territorial en el seno de la provincia.

Para ello, se crean las FiscalÃas de Área para los lugares que, sin ser capital de provincia, presenten aglomeraciones importantes de población y, en todo caso, una concentración significativa de órganos judiciales, que se singulariza, como supuesto concreto en que la creación del órgano será obligada, en aquellos supuestos en que las Audiencias Provinciales desplazan una Sección de modo estable. Estas nuevas FiscalÃas son órganos autónomos y diferenciados de las FiscalÃas Provinciales, y cuentan con un Fiscal Jefe designado mediante concurso, subordinado jerárquicamente al Fiscal Provincial, e integrado bajo la presidencia de éste último en la Junta de Coordinación que reúne a todos los Fiscales Jefes de Área de la Provincia y a los Decanos de la FiscalÃa Provincial.

El sistema se completa con las Secciones Territoriales de las FiscalÃas Provinciales, que en realidad no son más que reducidos destacamentos, en la terminologÃa actual, con los que asegurar la presencia del Fiscal en aquellos lugares que, sin reunir los requisitos necesarios para la creación de una FiscalÃa de Área, exigen por su lejanÃa de la sede provincial o por cualquier otro motivo una presencia del Fiscal no sujeta a permanentes desplazamientos. Estas Secciones, integradas directamente en la FiscalÃa Provincial a efectos orgánicos y jerárquicos, y dirigidas por un Decano, seguirán constituyendo no obstante -al modo de las actuales Adscripciones permanentes- destinos diferentes de la FiscalÃa matriz, con el fin de dotar de seguridad jurÃdica respecto de su situación a los Fiscales que ocupen las respectivas plazas.

Un segundo presupuesto para lograr un eficiente despliegue territorial del Ministerio Público es conseguir que el principio de especialización forme parte sustancial de la estructura organizativa de la FiscalÃa. Para lo cual la presente Ley viene a clarificar el régimen organizativo y de funcionamiento de los Fiscales Delegados de las FiscalÃas Especiales y de las Secciones especializadas en los diversos órganos territoriales del Ministerio Fiscal.

AsÃ, en relación con las FiscalÃas Especiales se robustece y se unifica el modelo de organización desconcentrada, mediante la aclaración de las normas que regulan la designación de Fiscales delegados en los diferentes órganos territoriales, y sobre todo la vinculación funcional de éstos con el Fiscal Jefe del órgano estatal, precisando el régimen de relación jerárquica de modo que en lo posible puedan evitarse, y en todo caso resolverse de manera simple y rápida, los eventuales conflictos derivados de la «doble dependencia» de la FiscalÃa Especial y territorial. Elementos esenciales para lograr este objetivo son, de una parte, la determinación especÃfica del grado de dedicación, exclusiva o compartida, del Fiscal delegado, que habrá de concretarse en las Instrucciones que pueda impartir el Fiscal General del Estado y sobre todo el Decreto de nombramiento, y de otra parte, la integración de dicho delegado en la Sección especializada en delitos de análoga o similar naturaleza que, en su caso, pueda existir en el órgano territorial, con el fin de favorecer la coordinación y evitar la dispersión de esfuerzos entre la FiscalÃa Especial y los Fiscales del territorio.

En segundo lugar, se recoge en la Ley la idea de crear Secciones especializadas por materias en las FiscalÃas territoriales, solución organizativa ampliamente extendida de facto en muchas FiscalÃas, y que hasta la fecha contaba con soporte legal expreso en materia de menores y violencia de género. En este sentido, se pretende aclarar y dotar de homogeneidad organizativa al modelo, atendiendo al volumen de trabajo y al tamaño de la plantilla de cada FiscalÃa. Para ello, se generaliza la denominación Sección para designar estas unidades de referencia en cada órgano del Ministerio Fiscal, sin que la posibilidad de que tal Sección sea unipersonal constituya ninguna anomalÃa, sino, bien al contrario, la solución al problema de someter a un régimen homogéneo una organización compuesta por unidades de dimensiones muy desiguales. AsÃ, el o los Fiscales especialistas podrán dedicarse a su área, según las caracterÃsticas de cada FiscalÃa, en régimen de exclusividad o compatibilizando esa actividad especializada con la prestación de otros servicios; y en los lugares más pequeños podrán asumir sin problema varias especialidades, lo que sencillamente significa que la FiscalÃa podrá ofrecer a la sociedad del lugar en que se inserta un referente concreto, conocido y accesible. Referente que lo será también en el ámbito interno, dotando de esqueleto organizativo a auténticas redes de especialistas que permitirán articular la coordinación vertical y unificación de criterios desde la cúspide del Fiscal de Sala Delegado correspondiente, conservando no obstante su plena competencia organizativa y su posición en el organigrama jerárquico el Fiscal Jefe de cada uno de los órganos territoriales. Sin embargo, la constitución de Secciones no tiene por qué limitarse al tratamiento de determinados tipos de materias, sino que también puede servir, en las FiscalÃas de mayor tamaño, para la racionalización y distribución del trabajo genérico, como de hecho ya viene ocurriendo desde hace años en las grandes capitales.

Estas Secciones, en razón de sus dimensiones y su carga de trabajo, podrán constituirse, en los términos en que lo permita en cada lugar la configuración de la plantilla, bajo la dependencia de un Fiscal Decano nombrado por el Fiscal General del Estado a propuesta del Fiscal Jefe, siguiendo el modelo de Fiscal Delegado introducido por la Ley 14/2003, cuya denominación se ha preferido cambiar porque, en este caso, podrÃa inducir a confusión con la figura del Fiscal Delegado de las FiscalÃas Especiales, allà donde exista. Sin perjuicio, por supuesto, de que ambas funciones puedan eventualmente confluir en una misma persona, a través de los respectivos mecanismos de designación.

VIII

Por último, la Ley introduce una serie de cambios en la organización de la Carrera Fiscal dirigidos a facilitar la movilidad y la temporalidad en el desempeño de los cargos, asà como a modernizar el régimen de infracciones y sanciones.

En primer lugar se ajusta el régimen de los ascensos de categorÃa dentro de la Carrera Fiscal, concretamente en lo concerniente a la función que compete al Consejo Fiscal respecto de las propuestas que ha de formular el Fiscal General del Estado. Se adapta en este punto la redacción del artÃculo 13.1 a la interpretación dada por el Tribunal Supremo al hasta ahora vigente artÃculo 13.1.b), que viene siendo pacÃfica desde su formulación hace ya nueve años.

La temporalidad en los cargos ha sido objeto de revisión en aspectos concretos con el propósito de regularla de un modo más coherente con los que deben ser sus verdaderos fines, a saber, la renovación periódica en el ejercicio de la responsabilidad pública, más acorde con las reglas de funcionamiento de una sociedad democrática que con la naturaleza vitalicia de los cargos, y al propio tiempo con la intención de lograr una razonable rotación en los nombrados, que pueda servir de aliciente a la orientación profesional de los Fiscales. Para lo cual, se reafirma el carácter temporal de todos los cargos con responsabilidad directiva o de coordinación propia, esto es, aquéllas tareas que no proceden de la mera delegación de funciones, que obviamente se regirá por las reglas generales de la revocabilidad y la extinción por el cese del delegante. Con ello se pretende resolver las dudas que, debido a cierta insuficiencia o descoordinación normativa habÃan suscitado, por ejemplo, el puesto de Fiscal de Sala Delegado de Violencia de Género, o el de la Unidad de Apoyo, que, al ser órganos unipersonales sin FiscalÃa, podÃan escapar a una interpretación literal del vigente artÃculo 41, que tan sólo menciona a efectos de renovación periódica a los Jefes de Secciones de la FiscalÃa del Tribunal Supremo. Asà pues, la Ley deja claro que todos los Fiscales Jefes y aquéllos que desempeñen un cargo con responsabilidad propia especÃfica, definido por ley o incluido expresamente en la plantilla serán objeto de renovación quinquenal.

En este sentido, la vigencia del principio de temporalidad se extiende también expresamente a los Fiscales de la SecretarÃa Técnica y de la Unidad de Apoyo, en atención a cuya condición de cargos de libre designación, se conecta naturalmente su permanencia en el cargo a la del Fiscal General que los nombra. Sin embargo, como quiera estos órganos no sólo desempeñan tareas de asistencia al Fiscal General, sino también otras de naturaleza funcional, trascendentales para el funcionamiento de la FiscalÃa General y del Ministerio Fiscal en su conjunto, se prevé que los cesantes continuarán en funciones hasta su sustitución, o incluso confirmación, por el nuevo Fiscal General, buscando asà la garantÃa de que el cambio en la Jefatura del Ministerio Fiscal no genere un vacÃo en actividades imprescindibles.

Otra concreta manifestación novedosa de la temporalidad es la introducción de un plazo máximo total para el desempeño de las funciones de Fiscal de la Inspección, que se fija en diez años. La necesidad de imponer un plazo se justifica en la exigencia de garantizar cierta capacidad de renovación en un órgano que controla la gestión y asume funciones esenciales en materia disciplinaria, dado que su configuración como destino vitalicio pugna directamente con su eficacia y eficiencia como órgano, al tiempo que supone un régimen discordante en relación con órganos técnicos de similar naturaleza, como por ejemplo la Inspección del Consejo General del Poder Judicial.

Sentado el principio de temporalidad en los cargos se modifica, también, el régimen de la renovación temporal en cuanto a sus efectos. Y asÃ, se habilita a los Fiscales de Sala cesantes de una jefatura para poder ser adscritos a la FiscalÃa del Tribunal Supremo, como hasta ahora, o a cualquier otra cuyo jefe sea de la primera categorÃa, en un intento de aprovechar mejor su experiencia y especialización. En el supuesto de los Fiscales territoriales, se permite al Fiscal Jefe que cesa la opción entre permanecer adscrito en el órgano donde ejerció su cargo o volver a la FiscalÃa donde prestaba servicio antes de ser nombrado.

En esa misma lÃnea, ya iniciada por la Ley 14/2003, de 26 de mayo, de incorporar plenamente principios constitucionales y democráticos como el de la temporalidad del ejercicio de aquellos cargos que implican una especial responsabilidad en el funcionamiento de la institución, se hace necesario aplicar dicho régimen de mandato temporal tanto a los Tenientes Fiscales de aquellas FiscalÃas cuyo Fiscal Jefe pertenece a la primera categorÃa como a los Tenientes Fiscales de las actuales FiscalÃas de los Tribunales Superiores de Justicia. A los primeros, atendiendo al contraste entre la enorme relevancia de las funciones que desempeñan en dichos órganos y el tamaño relativamente reducido de sus plantillas, lo que con frecuencia requiere que el Teniente Fiscal asuma funciones de gran responsabilidad y trascendencia que el Fiscal Jefe no puede abarcar, además de sustituir a éste en los casos en que la Ley lo impone; tarea esta última que, dada la naturaleza del cargo y la propia categorÃa del sustituido, determina ese mismo grado, muy elevado, de responsabilidad. Y a los Tenientes Fiscales de los Tribunales Superiores de Justicia, porque tras la creación de las nuevas FiscalÃas de las Comunidades Autónomas pasarán a desempeñar en ellas el mismo cargo. Asumirán por tanto funciones que, sea en sustitución o por delegación del respectivo Fiscal Jefe, pueden llevar aparejadas nuevas responsabilidades de mayor calado que las que hasta ahora vienen desempeñando, y además la coherencia del sistema exige inexcusablemente excluir una inevitable paradoja, si se mantuviera su carácter vitalicio: la ubicación de dichos Tenientes Fiscales en una posición -por más que sea delegada o temporal-de superioridad jerárquica respecto de los Fiscales Jefes Provinciales y de Área, quienes sà están sometidos al examen de responsabilidad quinquenal que lleva implÃcitamente aparejada la temporalidad de su cargo.

En relación con el régimen disciplinario, se adapta para los Fiscales la posibilidad, ya existente para los Jueces, de que la sanción de separación de la Carrera por haber perpetrado un delito doloso pueda ser flexibilizada por el Fiscal General en determinados casos menos graves. Se introduce también una modificación orientada al propósito general de la Ley relativo a la mayor autonomÃa del Ministerio Fiscal, sancionando aquellas conductas que puedan poner en peligro la imparcialidad del Fiscal por la participación en actos de naturaleza polÃtica o por dirigir a los poderes, autoridades o funcionarios públicos o corporaciones oficiales felicitaciones o censuras por sus actos, invocando la condición de Fiscal, o sirviéndose de esa condición. Y, en fin, se dota de coherencia al sistema de valoración del conocimiento y consecuente uso de las lenguas cooficiales en las Comunidades Autónomas donde existen, al catalogar como infracción leve la negativa injustificada al uso de esa lengua cuyo conocimiento se ha acreditado como mérito.

ArtÃculo único. Modificación de la Ley 50/1981, de 30 de diciembre, por la que se regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.

Uno. Se modifica el apartado uno del artÃculo segundo, que queda redactado de la siguiente forma:

«ArtÃculo segundo:

Uno. El Ministerio Fiscal es un órgano de relevancia constitucional con personalidad jurÃdica propia, integrado con autonomÃa funcional en el Poder Judicial, y ejerce su misión por medio de órganos propios, conforme a los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica y con sujeción, en todo caso, a los de legalidad e imparcialidad.»

Dos. Se modifican los apartados cinco, diez y once del artÃculo tercero, que queda redactado de la siguiente forma:

«ArtÃculo tercero.

Cinco. Intervenir en el proceso penal, instando de la autoridad judicial la adopción de las medidas cautelares que procedan y la práctica de las diligencias encaminadas al esclarecimiento de los hechos o instruyendo directamente el procedimiento en el ámbito de lo dispuesto en la Ley Orgánica reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores, pudiendo ordenar a la PolicÃa Judicial aquellas diligencias que estime oportunas.

Diez. Velar por la protección procesal de las vÃctimas y por la protección de testigos y peritos, promoviendo los mecanismos previstos para que reciban la ayuda y asistencia efectivas.

Once. Intervenir en los procesos judiciales de amparo asà como en las cuestiones de inconstitucionalidad en los casos y forma previstos en al Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.»

Tres. Se modifica el artÃculo cuarto, que queda redactado de la siguiente forma:

«ArtÃculo cuarto.

El Ministerio Fiscal, para el ejercicio de sus funciones, podrá:

Uno. Interesar la notificación de cualquier resolución judicial y la información sobre el estado de los procedimientos, pudiendo pedir que se le dé vista de éstos cualquiera que sea su estado, o que se le remita copia de cualquier actuación, para velar por el exacto cumplimiento de las leyes, plazos y términos, promoviendo, en su caso, las correcciones oportunas. Asimismo, podrá pedir información de los hechos que hubieran dado lugar a un procedimiento, de cualquier clase que sea, cuando existan motivos racionales para estimar que su conocimiento pueda ser competencia de un órgano distinto del que está actuando. También podrá acceder directamente a la información de los Registros oficiales, cuyo acceso no quede restringido a control judicial.

Dos. Visitar en cualquier momento los centros o establecimientos de detención, penitenciarios o de internamiento de cualquier clase de su respectivo territorio, examinar los expedientes de los internos y recabar cuanta información estime conveniente.

Tres. Requerir el auxilio de las autoridades de cualquier clase y de sus agentes.

Cuatro. Dar a cuantos funcionarios constituyen la PolicÃa Judicial las órdenes e instrucciones procedentes en cada caso.

Cinco. Informar a la opinión pública de los acontecimientos que se produzcan, siempre en el ámbito de su competencia y con respeto al secreto del sumario y, en general, a los deberes de reserva y sigilo inherentes al cargo y a los derechos de los afectados.

Las autoridades, funcionarios u organismos o particulares requeridos por el Ministerio Fiscal en el ejercicio de las facultades que se enumeran en este artÃculo y en el siguiente deberán atender inexcusablemente el requerimiento dentro de los lÃmites legales. Igualmente, y con los mismos lÃmites, deberán comparecer ante el Fiscal cuando éste lo disponga.

Seis. Establecer en las sedes de las FiscalÃas Provinciales y en las que se considere necesario, centros de relación con las vÃctimas y perjudicados de las infracciones criminales cometidas en su circunscripción y por las que se sigue proceso penal en los Juzgados o Tribunales de la misma, con la finalidad de conocer los daños y perjuicios sufridos por ellas y para que aporten los documentos y demás pruebas de que dispongan para acreditar su naturaleza y alcance.»

Cuatro. Se modifica el artÃculo quinto, que queda redactado de la siguiente forma:

«ArtÃculo quinto.

Uno. El Fiscal podrá recibir denuncias, enviándolas a la autoridad judicial o decretando su archivo, cuando no encuentre fundamentos para ejercitar acción alguna, notificando en este último caso la decisión al denunciante.

Dos. Igualmente, y para el esclarecimiento de los hechos denunciados o que aparezcan en los atestados de los que conozca, puede llevar a cabo u ordenar aquellas diligencias para las que esté legitimado según la Ley de Enjuiciamiento Criminal, las cuales no podrán suponer la adopción de medidas cautelares o limitativas de derechos. No obstante, podrá ordenar el Fiscal la detención preventiva.

Todas las diligencias que el Ministerio Fiscal practique o que se lleven a cabo bajo su dirección gozarán de presunción de autenticidad.

Los principios de contradicción, proporcionalidad y defensa inspirarán la práctica de esas diligencias.

A tal fin, el Fiscal recibirá declaración al sospechoso, quien habrá de estar asistido de letrado y podrá tomar conocimiento del contenido de las diligencias practicadas. La duración de esas diligencias habrá de ser proporcionada a la naturaleza del hecho investigado, sin que pueda exceder de seis meses, salvo prórroga acordada mediante decreto motivado del Fiscal General del Estado. No obstante, las diligencias de investigación en relación con los delitos a que se hace referencia en el apartado Cuatro del artÃculo Diecinueve del presente Estatuto, tendrán una duración máxima de doce meses salvo prórroga acordada mediante Decreto motivado del Fiscal General del Estado.

Tres. Transcurrido el oportuno plazo, si la investigación hubiera evidenciado hechos de significación penal y sea cual fuese el estado de las diligencias, el Fiscal procederá a su judicialización, formulando al efecto la oportuna denuncia o querella, a menos que resultara procedente su archivo.

También podrá el Fiscal incoar diligencias preprocesales encaminadas a facilitar el ejercicio de las demás funciones que el ordenamiento jurÃdico le atribuye.»

Cinco. Se modifica el artÃculo once, que queda redactado de la siguiente forma:

«ArtÃculo once.

Uno. En el marco de sus competencias y cuando los órganos de Gobierno de las Comunidades Autónomas interesen la actuación del Ministerio Fiscal en defensa de interés público se dirigirán, poniéndolo en conocimiento del Ministerio de Justicia, al Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma, que lo pondrá en conocimiento del Fiscal General del Estado, quien, oÃda la Junta de Fiscales de Sala, resolverá lo procedente, ajustándose en todo caso al principio de legalidad. Cualquiera que sea el acuerdo adoptado, se dará cuenta del mismo a quien haya formulado la solicitud.

Dos. Los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas elaborarán una memoria sobre la actividad de las FiscalÃas de su ámbito territorial que elevarán al Fiscal General del Estado. Asimismo, remitirán copia al Gobierno, al Consejo de Justicia y a la Asamblea Legislativa de la Comunidad. Deberán presentar la Memoria ante la Asamblea Legislativa de la misma dentro de los seis meses siguientes al dÃa en que se hizo pública.

Los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas colaborarán con la Asamblea Legislativa de la Comunidad Autónoma en los mismos términos y condiciones que se prevén en el artÃculo anterior para las relaciones entre el Fiscal General del Estado y las Cortes Generales.

Tres. Los miembros del Ministerio Fiscal colaborarán con las Comunidades Autónomas que ostenten competencias en materia de Justicia para la efectividad de las funciones que éstas ostentan en materia de medios materiales y personales al servicio de la Administración de Justicia y participarán en los órganos de colaboración que en el ámbito territorial de éstas se constituyan entre los distintos operadores e instancias implicados en la Administración de Justicia con el fin de analizar, debatir y realizar estudios sobre materias relacionadas con la Administración de Justicia. Se podrán celebrar convenios con las Comunidades Autónomas previa autorización del Fiscal General del Estado.

Seis. Se modifica el artÃculo doce, que queda redactado de la siguiente forma:

«ArtÃculo doce.

Son órganos del Ministerio Fiscal:

  1. El Fiscal General del Estado.

  2. El Consejo Fiscal.

  3. La Junta de Fiscales de Sala.

  4. La Junta de Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas.

  5. La FiscalÃa del Tribunal Supremo.

  6. La FiscalÃa ante el Tribunal Constitucional.

  7. La FiscalÃa de la Audiencia Nacional.

  8. Las FiscalÃas Especiales.

  9. La FiscalÃa del Tribunal de Cuentas, que se regirá por lo dispuesto en la Ley Orgánica de dicho Tribunal.

  10. La FiscalÃa JurÃdico Militar.

  11. Las FiscalÃas de las Comunidades Autónomas.

  12. Las FiscalÃas Provinciales.

  13. Las FiscalÃas de Área.»

    Siete. Se modifica el artÃculo trece, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo trece.

    Uno. El Fiscal General del Estado dirige la FiscalÃa General del Estado, integrada por la Inspección Fiscal, la SecretarÃa Técnica, la Unidad de Apoyo, y por los Fiscales de Sala que se determinen en plantilla.

    Corresponde al Fiscal General del Estado, además de las facultades reconocidas en otros preceptos de este Estatuto, la de proponer al Gobierno los ascensos y nombramientos para los distintos cargos, previo informe del Consejo Fiscal, oÃdo el Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma respectiva cuando se trate de cargos en las FiscalÃas de su ámbito territorial.

    Dos. La Inspección Fiscal de la FiscalÃa General del Estado será dirigida por un Fiscal Jefe Inspector y estará integrada por un Teniente Fiscal Inspector y los inspectores fiscales que se determine en plantilla. Ejercerá con carácter permanente sus funciones por delegación del Fiscal General del Estado en la forma que el reglamento establezca, sin perjuicio de las funciones Inspectoras que al Fiscal Jefe de cada FiscalÃa corresponden respecto a los funcionarios que de él dependan. En todo caso, corresponde al Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma ejercer la inspección ordinaria de las FiscalÃas de su ámbito territorial.

    En la Inspección Fiscal se creará una Sección Permanente de Valoración, a los efectos de centralizar toda la información sobre méritos y capacidad de los Fiscales, con la finalidad de apoyar al Consejo Fiscal a la hora de informar las diferentes propuestas de nombramientos discrecionales en la Carrera Fiscal.

    Tres. La SecretarÃa Técnica de la FiscalÃa General del Estado será dirigida por un Fiscal Jefe y estará integrada por un Teniente Fiscal y los fiscales que se determinen en plantilla, que realizarán los trabajos preparatorios que se les encomienden en aquellas materias en las que corresponda a la Junta de Fiscales de Sala asistir al Fiscal General del Estado, asà como cuantos otros estudios, investigaciones e informes estime éste procedente.

    Asimismo, la SecretarÃa Técnica colaborará en la planificación de la formación de los miembros de la carrera fiscal cuya competencia corresponde al Centro de Estudios JurÃdicos.

    Sin perjuicio de las competencias encomendadas a otros órganos, la SecretarÃa Técnica asumirá las funciones que las leyes atribuyan al Ministerio Fiscal en materia de cooperación judicial internacional, en el marco de las directrices de polÃtica exterior emanadas del Gobierno.

    Cuatro. La Unidad de Apoyo será dirigida por un Fiscal Jefe y estará integrada por los fiscales que se determinen en plantilla. Para el cumplimiento de sus funciones podrán ser adscritos a la Unidad de Apoyo funcionarios de la Administración General del Estado y de la Administración de Justicia, en el número que igualmente se determine en plantilla, quedando en todo caso en servicio activo en sus cuerpos de origen. Su función será realizar labores de asistencia a la FiscalÃa General del Estado en materia de:

  14. Representación institucional y relaciones con los poderes públicos.

  15. Comunicación, relaciones con los medios y gestión de la atención al ciudadano.

  16. Análisis y evaluación de las propuestas relativas a necesidades de organización y funcionamiento del Ministerio Fiscal en materia de estadÃstica, informática, personal, medios materiales, información y documentación.

  17. En general, aquellas funciones de asistencia o apoyo al Fiscal General del Estado, a los Fiscales de Sala adscritos a la FiscalÃa General del Estado, al Consejo Fiscal y a la Junta de Fiscales de Sala que no correspondan a la Inspección o a la SecretarÃa Técnica.

    Cinco. Los Fiscales de Sala integrados en la FiscalÃa General del Estado contarán con los fiscales adscritos que se determinen en plantilla.

    El régimen de designación y cese de estos Fiscales de Sala será el previsto en el apartado uno del artÃculo treinta y seis y en el apartado uno del artÃculo cuarenta y uno de este Estatuto.

    El régimen de designación y cese de los fiscales adscritos a los Fiscales de Sala será el previsto en el apartado tres del artÃculo treinta y seis.»

    Ocho. Se modifica el artÃculo catorce, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo catorce.

    Uno. El Consejo Fiscal se constituirá, bajo la Presidencia del Fiscal General del Estado, por el Teniente Fiscal del Tribunal Supremo, el Fiscal Jefe Inspector y nueve Fiscales pertenecientes a cualquiera de las categorÃas. Todos los miembros del Consejo Fiscal, excepto el Fiscal General del Estado, el Teniente Fiscal del Tribunal Supremo y el Fiscal Inspector, se elegirán, por un perÃodo de cuatro años, por los miembros del Ministerio Fiscal en servicio activo, constituidos en un único colegio electoral en la forma que reglamentariamente se determine.

    Dos. No podrán ser elegidos vocales del Consejo Fiscal los Fiscales que presten sus servicios en la Inspección Fiscal, la Unidad de Apoyo y la SecretarÃa Técnica de la FiscalÃa General del Estado.

    Tres. El Consejo Fiscal podrá funcionar en Pleno y en Comisión Permanente y sus acuerdos se adoptarán por mayorÃa simple, siendo dirimente, en caso de empate, el voto de su Presidente.

    Cuatro. Corresponde al Consejo Fiscal:

  18. Elaborar los criterios generales en orden a asegurar la unidad de actuación del Ministerio Fiscal, en lo referente a la estructuración y funcionamiento de sus órganos.

  19. Asesorar al Fiscal General del Estado en cuantas materias éste le someta.

  20. Informar las propuestas pertinentes respecto al nombramiento de los diversos cargos.

  21. Elaborar los informes para ascensos de los miembros de la carrera fiscal.

  22. Resolver los expedientes disciplinarios y de mérito que sean de su competencia, asà como apreciar las posibles incompatibilidades a que se refiere este Estatuto.

  23. Resolver los recursos interpuestos contra resoluciones dictadas en expedientes disciplinarios por los Fiscales Jefes de los distintos órganos del Ministerio Fiscal.

  24. Instar las reformas convenientes al servicio y al ejercicio de la función fiscal.

  25. Conocer los planes anuales de la Inspección Fiscal.

  26. Conocer e informar los planes de formación y selección de los Fiscales.

  27. Informar los proyectos de ley o normas reglamentarias que afecten a la estructura, organización y funciones del Ministerio Fiscal. A estos efectos, el Consejo Fiscal deberá emitir el informe correspondiente en el plazo de treinta dÃas hábiles. Cuando en la orden de remisión se haga constar la urgencia del informe, el plazo será de quince dÃas hábiles.

  28. Dirigir al Fiscal General del Estado cuantas peticiones y solicitudes relativas a su competencia se consideren oportunas.

    Habrá de integrarse en el seno del Consejo Fiscal una Comisión de Igualdad para el estudio de la mejora de los parámetros de igualdad en la carrera fiscal, cuya composición quedará determinada en la normativa que rige la constitución y funcionamiento del Consejo Fiscal.»

    Nueve. Se modifica el artÃculo quince, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo quince.

    La Junta de Fiscales de Sala se constituirá, bajo la presidencia del Fiscal General del Estado, por el Teniente Fiscal del Tribunal Supremo y los Fiscales de Sala. Actuará como Secretario el Fiscal Jefe de la SecretarÃa Técnica.

    La Junta asiste al Fiscal General del Estado en materia doctrinal y técnica, en orden a la formación de los criterios unitarios de interpretación y actuación legal, la resolución de consultas, elaboración de las memorias y circulares, preparación de proyectos e informes que deban ser elevados al Gobierno y cualesquiera otras, de naturaleza análoga, que el Fiscal General del Estado estime procedente someter a su conocimiento y estudio, asà como en los supuestos previstos en el artÃculo veinticinco de este Estatuto.»

    Diez. Se modifica el artÃculo dieciséis, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo dieciséis.

    La Junta de Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas, presidida por el Fiscal General del Estado, estará integrada por el Teniente Fiscal del Tribunal Supremo, por dichos Fiscales Superiores, y por el Fiscal Jefe de la SecretarÃa Técnica, que actuará como Secretario. Su función será asegurar la unidad y coordinación de la actuación y funcionamiento de las FiscalÃas en todo el territorio del Estado, sin perjuicio de las competencias atribuidas al Consejo Fiscal por este Estatuto.

    En atención a los asuntos a tratar, podrá ser convocado a la Junta cualquier miembro del Ministerio Fiscal.»

    Once. Se modifica el artÃculo diecisiete, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo diecisiete.

    La FiscalÃa del Tribunal Supremo, bajo la jefatura del Fiscal General del Estado se integrará, además, con un Teniente Fiscal, los Fiscales de Sala y los Fiscales del Tribunal Supremo que se determinen en la plantilla, los cuales deberán pertenecer a la categorÃa segunda.

    El Teniente Fiscal del Tribunal Supremo desempeñará las siguientes funciones, sin perjuicio de las demás que le atribuya este Estatuto o el reglamento que lo desarrolle, o que pueda delegarle el Fiscal General del Estado:

  29. Sustituirá al Fiscal General del Estado en caso de ausencia, imposibilidad o vacante.

  30. Dirigirá y coordinará por delegación del Fiscal General del Estado la actividad ordinaria de la FiscalÃa del Tribunal Supremo.

    Los Fiscales del Tribunal Supremo desempeñarán sus funciones en el ámbito de dicho Tribunal, y en consecuencia disfrutarán de la consideración, tratamiento y régimen retributivo acordes a la relevancia de su cometido y al rango y naturaleza de dicho órgano.»

    Doce. Se modifica el artÃculo dieciocho, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo dieciocho.

    Las FiscalÃas se constituirán y organizarán de acuerdo con las siguientes reglas:

    Uno. La FiscalÃa ante el Tribunal Constitucional, la FiscalÃa del Tribunal de Cuentas, la FiscalÃa de la Audiencia Nacional y las FiscalÃas Especiales estarán integradas por un Fiscal de Sala, por un Teniente Fiscal y por los Fiscales que determine la plantilla, que deberán pertenecer a la categorÃa segunda.

    La FiscalÃa del Tribunal de Cuentas se regirá por lo dispuesto en la Ley Orgánica de dicho Tribunal.

    Dos. La FiscalÃa JurÃdico Militar estará integrada por la FiscalÃa Togada, la FiscalÃa del Tribunal Militar Central y las FiscalÃas de los Tribunales Militares Territoriales. La FiscalÃa Togada será dirigida por el Fiscal Togado y estará integrada al menos por un General Auditor y por un Fiscal de Sala perteneciente a la Carrera Fiscal y designado con arreglo a lo dispuesto en el artÃculo Trece de este Estatuto. La FiscalÃa del Tribunal Militar Central y las FiscalÃas de los Tribunales Militares Territoriales se formarán y organizarán conforme a lo dispuesto en la Ley Orgánica de Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar.

    Tres. Las FiscalÃas de las Comunidades Autónomas y las FiscalÃas Provinciales serán dirigidas por su Fiscal Jefe y estarán integradas por un Teniente Fiscal, los Fiscales Decanos necesarios para su correcto funcionamiento según el tamaño y el volumen de trabajo de las FiscalÃas, y los demás Fiscales que determine la plantilla. En las Comunidades Autónomas con competencias en materia de Justicia, podrán crearse unidades de apoyo al Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma, en las que podrán integrarse funcionarios de la Comunidad Autónoma en el número que se determine en la plantilla, para labores de apoyo y asistencia en materias de estadÃstica, informática, traducción de lenguas extranjeras, gestión de personal u otras que no sean de las que con arreglo a este Estatuto tengan encomendadas los Fiscales. Corresponde al Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma informar al Gobierno de la Comunidad Autónoma de las necesidades de organización y funcionamiento de las FiscalÃas de su ámbito territorial en materia de medios informáticos, nuevas tecnologÃas y demás medios materiales.

    Estas FiscalÃas podrán contar con Secciones especializadas en aquellas materias que se determinen legal o reglamentariamente, o que por su singularidad o por el volumen de actuaciones que generen requieran de una organización especÃfica. Dichas Secciones podrán constituirse, si se estima necesario para su correcto funcionamiento según el tamaño de las mismas, bajo la dirección de un Fiscal Decano, y a ellas serán adscritos uno o más Fiscales pertenecientes a la plantilla de la FiscalÃa, teniendo preferencia aquellos que por razón de las anteriores funciones desempeñadas, cursos impartidos o superados o por cualquier otra circunstancia análoga, se hayan especializado en la materia. No obstante, cuando las necesidades del servicio asà lo aconsejen podrán actuar también en otros ámbitos o materias.

    Las Secciones ejercerán las funciones que les atribuyan los respectivos Fiscales Jefes, en el ámbito de la materia que les corresponda, con arreglo a lo dispuesto en este Estatuto, en el reglamento que lo desarrolle y en las Instrucciones del Fiscal General del Estado. Además, en estas Secciones se integrarán los Fiscales Delegados de las FiscalÃas Especiales cuando proceda conforme a lo dispuesto en el artÃculo Diecinueve de esta Ley. Las instrucciones que se den a las Secciones especializadas en las distintas FiscalÃas, cuando afecten a un ámbito territorial determinado, deberán comunicarse al Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma correspondiente.

    En todo caso, en la FiscalÃa de la Audiencia Nacional y en las FiscalÃas Provinciales existirá una Sección de Menores a la que se encomendarán las funciones y facultades que al Ministerio Fiscal atribuye la Ley Orgánica Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores. Estas Secciones podrán constituirse en las FiscalÃas de las Comunidades Autónomas cuando sus competencias, el volumen de trabajo o la mejor organización y prestación del servicio asà lo aconsejen. Asimismo, en las FiscalÃas Provinciales existirá una Sección contra la Violencia sobre la Mujer, que coordinará o en su caso asumirá directamente la intervención del Ministerio Fiscal en los procedimientos penales y civiles cuya competencia esté atribuida a los Juzgados de Violencia sobre la Mujer. En la Sección contra la Violencia sobre la Mujer deberá llevarse un registro de los procedimientos que se sigan relacionados con estos hechos que permitirá la consulta de los Fiscales cuando conozcan de un procedimiento de los que tienen atribuida la competencia, al efecto en cada caso procedente. Estas Secciones podrán constituirse en las FiscalÃas de las Comunidades Autónomas cuando sus competencias, el volumen de trabajo o la mejor organización y prestación del servicio asà lo aconsejen.

    En las FiscalÃas Provinciales, cuando por el volumen de actuaciones que generen requieran de una organización especÃfica podrán constituirse Secciones de seguridad vial y siniestralidad laboral.

    También existirá una Sección de Medio Ambiente especializada en delitos relativos a la ordenación del territorio, la protección del patrimonio histórico, los recursos naturales y el medio ambiente, la protección de la flora, fauna y animales domésticos, y los incendios forestales. Estas Secciones podrán constituirse en las FiscalÃas de las Comunidades Autónomas cuando sus competencias, el volumen de trabajo o la mejor organización y prestación del servicio asà lo aconsejen.

    Cuatro. Cuando el volumen de asuntos, el número de órganos judiciales dentro de una provincia o la creación de una sección de la Audiencia Provincial en sede distinta de la capital de la misma lo aconsejen, el Fiscal General del Estado, oÃdo el Consejo Fiscal y el Fiscal Superior de la respectiva Comunidad, podrá proponer al Ministro de Justicia la constitución de FiscalÃas de Área, que serán dirigidas por un Fiscal Jefe y estarán integradas por los Fiscales que determine la plantilla. Se creará una FiscalÃa de Área en todas aquellas localidades en las que exista una Sección desplazada de la Audiencia Provincial, tomando su nombre del lugar de su sede. Las FiscalÃas de Área asumirán el despacho de los asuntos correspondientes al ámbito territorial que prevea la norma que las establezca, que podrá comprender uno o varios partidos judiciales.

    Cuando no se den las circunstancias señaladas en el párrafo anterior, pero la dispersión geográfica de los órganos judiciales o la mejor prestación del servicio lo hagan necesario, el Fiscal General del Estado, oÃdo el Consejo Fiscal y el Fiscal Superior de la respectiva Comunidad, podrá proponer al Ministro de Justicia la constitución de Secciones Territoriales de la FiscalÃa Provincial que atenderán los órganos judiciales de uno o más partidos de la misma provincia. Dichas Secciones se constituirán por los Fiscales que se determinen en plantilla y estarán dirigidas por un Fiscal Decano que será designado y ejercerá sus funciones en los términos previstos en este Estatuto.

    Por las mismas circunstancias señaladas en los dos párrafos anteriores, el Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma, oÃdos los respectivos Fiscales Jefes Provinciales, podrá proponer al Fiscal General del Estado la constitución de FiscalÃas de Área y de Secciones Territoriales en las FiscalÃas de su ámbito territorial.

    Cinco. El número de las FiscalÃas, las Secciones Territoriales en su caso, y sus respectivas plantillas se fijarán, de acuerdo con los criterios establecidos en los números anteriores, por Real Decreto, a propuesta del Ministro de Justicia, previo informe del Fiscal General del Estado, oÃdo el Consejo Fiscal.

    La referida plantilla orgánica tendrá en todo caso, las limitaciones que se deriven de las previsiones presupuestarias que correspondan y será revisada al menos cada cinco años para adaptarla a las nuevas necesidades.

    Seis. Las decisiones referidas a las materias previstas en los apartados números tres, cuatro y Cinco de este precepto deberán contar con el informe previo del órgano competente de la Comunidad Autónoma en materia de medios personales y materiales de la Administración de Justicia.»

    Trece. Se suprimen los artÃculos dieciocho bis, dieciocho ter, dieciocho quáter y dieciocho quinquies.

    Catorce. Se modifica el artÃculo diecinueve, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo diecinueve.

    Uno. La FiscalÃa de la Audiencia Nacional es competente para conocer de los asuntos que correspondan a dicho órgano judicial, con excepción de los que resulten atribuidos a otra FiscalÃa Especial de acuerdo con las disposiciones de este Estatuto.

    Dos. Son FiscalÃas Especiales la FiscalÃa Antidroga y la FiscalÃa contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada.

    Tres. La FiscalÃa Antidroga ejercerá las siguientes funciones:

  31. Intervenir directamente en todos los procedimientos relativos al tráfico de drogas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas, o blanqueo de capitales relacionado con dicho tráfico, que sean competencia de la Audiencia Nacional y de los Juzgados Centrales de Instrucción conforme a los artÃculos 65 y 88 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

  32. Investigar, en los términos del artÃculo Cinco de este Estatuto, los hechos que presenten indicios de ser constitutivos de alguno de los delitos mencionados en el apartado anterior.

  33. Coordinar las actuaciones de las distintas FiscalÃas en orden a la prevención y represión del tráfico ilegal de drogas y el blanqueo de capitales relacionado con dicho tráfico. Las FiscalÃas de los Tribunales Militares colaborarán con la FiscalÃa Antidroga en relación con los hechos cometidos en centros, establecimientos y unidades militares.

  34. Colaborar con la autoridad judicial en el control del tratamiento de los drogodependientes a quienes se haya aplicado la remisión condicional, recibiendo los datos precisos de los centros acreditados que participen en dicho tratamiento.

    Cuatro. La FiscalÃa contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada practicará las diligencias a que se refiere el artÃculo Cinco de esta Ley e intervendrá directamente en procesos penales, en ambos casos siempre que se trate de supuestos de especial trascendencia, apreciada por el Fiscal General del Estado, en relación con:

  35. Delitos contra la Hacienda Pública, contra la seguridad social y de contrabando.

  36. Delitos de prevaricación.

  37. Delitos de abuso o uso indebido de información privilegiada.

  38. Malversación de caudales públicos.

  39. Fraudes y exacciones ilegales.

  40. Delitos de tráfico de influencias.

  41. Delitos de cohecho.

  42. Negociación prohibida a los funcionarios.

  43. Defraudaciones.

  44. Insolvencias punibles.

  45. Alteración de precios en concursos y subastas públicos.

  46. Delitos relativos a la propiedad intelectual e industrial, al mercado y a los consumidores.

  47. Delitos societarios.

  48. Blanqueo de capitales y conductas afines a la receptación, salvo cuando por su relación con delitos de tráfico de drogas o de terrorismo corresponda conocer de dichas conducta a las otras FiscalÃas Especiales.

    ñ) Delitos de corrupción en transacciones comerciales internacionales.

  49. Delitos de corrupción en el sector privado.

  50. Delitos conexos con los anteriores.

  51. La investigación de todo tipo de negocios jurÃdicos, transacciones o movimientos de bienes, valores o capitales, flujos económicos o activos patrimoniales, que indiciariamente aparezcan relacionados con la actividad de grupos delictivos organizados o con el aprovechamiento económico de actividades delictivas, asà como de los delitos conexos o determinantes de tales actividades; salvo cuando por su relación con delitos de tráfico de drogas o de terrorismo corresponda conocer de dichas conductas a la FiscalÃa Antidroga o a la de la Audiencia Nacional.

    Cinco. Cuando el número de procedimientos asà lo aconseje, el Fiscal General del Estado podrá designar en cualquier FiscalÃa uno o varios Fiscales Delegados de las FiscalÃas Especiales, que se integrarán en éstas. Dicha designación se hará, oÃdo el Consejo Fiscal, previo informe de los Fiscales Jefes de la FiscalÃa Especial y la FiscalÃa territorial correspondiente, entre los Fiscales de la plantilla de ésta última que lo soliciten, acreditando su especialización en la materia en los términos que reglamentariamente se establezcan. Cuando en la FiscalÃa territorial exista una Sección especializada, constituida con arreglo a lo dispuesto en el artÃculo anterior, cuyo ámbito de actuación coincida total o parcialmente con la materia para la que es competente la FiscalÃa Especial, el Fiscal Delegado se integrará en dicha Sección.

    El Fiscal Jefe de la FiscalÃa Especial tendrá, con respecto a los Fiscales asà designados y sólo en el ámbito especÃfico de su competencia, las mismas facultades y deberes que corresponden a los Fiscales Jefes de los demás órganos del Ministerio Fiscal. Sin perjuicio de las Instrucciones que con carácter general pueda impartir el Fiscal General del Estado, el Decreto de nombramiento concretará las funciones y el ámbito de actuación de los Fiscales Delegados, especificando su grado de dedicación a los asuntos competencia de la FiscalÃa Especial. En todo caso los Fiscales Delegados deberán informar de los asuntos de los que conozcan en su calidad de tales al Fiscal Jefe del órgano en que desempeñen sus funciones.

    Seis. Para su adecuado funcionamiento, se podrán adscribir a las FiscalÃas Especiales unidades de PolicÃa Judicial y cuantos profesionales y expertos sean necesarios para auxiliarlas de manera permanente u ocasional.»

    Quince. Se modifica el artÃculo veinte, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo veinte.

    Uno. En la FiscalÃa General del Estado existirá un Fiscal contra la Violencia sobre la Mujer, con categorÃa de Fiscal de Sala, que ejercerá las siguientes funciones:

  52. Practicar las diligencias a que se refiere el artÃculo Cinco del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, e intervenir directamente en aquellos procesos penales de especial trascendencia apreciada por el Fiscal General del Estado, referentes a los delitos por actos de violencia de género comprendidos en el artÃculo 87 ter.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

  53. Intervenir, por delegación del Fiscal General del Estado, en los procesos civiles comprendidos en el artÃculo 87 ter.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

  54. Supervisar y coordinar la actuación de las Secciones contra la Violencia sobre la Mujer, y recabar informes de las mismas, dando conocimiento al Fiscal Jefe de las FiscalÃas en que se integren.

  55. Coordinar los criterios de actuación de las diversas FiscalÃas en materias de violencia de género, para lo cual podrá proponer al Fiscal General del Estado la emisión de las correspondientes instrucciones.

  56. Elaborar semestralmente, y presentar al Fiscal General del Estado, para su remisión a la Junta de Fiscales de Sala del Tribunal Supremo, y al Consejo Fiscal, un informe sobre los procedimientos seguidos y actuaciones practicadas por el Ministerio Fiscal en materia de violencia de género.

    Para su adecuada actuación se le adscribirán los profesionales y expertos que sean necesarios para auxiliarlo de manera permanente u ocasional.

    Dos. En la FiscalÃa General del Estado existirá un Fiscal contra los delitos relativos a la ordenación del territorio y la protección del patrimonio histórico, del medio ambiente e incendios forestales, con categorÃa de Fiscal de Sala, que ejercerá las siguientes funciones:

  57. Practicar las diligencias a que se refiere el artÃculo Cinco a intervenir, directamente o a través de instrucciones impartidas a los delegados, en aquellos procesos penales de especial trascendencia apreciada por el Fiscal General del Estado, referentes a delitos relativos a la ordenación del territorio, la protección del patrimonio histórico, los recursos naturales y el medio ambiente, la protección de la flora, fauna y animales domésticos, y los incendios forestales.

  58. Ejercitar la acción pública en cualquier tipo de procedimiento, directamente o a través de instrucciones impartidas a los delegados, cuando aquella venga prevista en las diferentes leyes y normas de carácter medioambiental, exigiendo las responsabilidades que procedan.

  59. Supervisar y coordinar la actuación de las secciones especializadas de medio ambiente y recabar los informes oportunos, dirigiendo por delegación del Fiscal General del Estado la red de Fiscales de medio ambiente.

  60. Coordinar las FiscalÃas en materia de medio ambiente unificando los criterios de actuación, para lo cual podrá proponer al Fiscal General la emisión de las correspondientes instrucciones y reunir, cuando proceda, a los Fiscales integrantes de las secciones especializadas.

  61. Elaborar anualmente y presentar al Fiscal General del Estado un informe sobre los procedimientos seguidos y actuaciones practicadas por el Ministerio Fiscal en materia de medio ambiente, que será incorporado a la memoria anual presentada por el Fiscal General del Estado.

    Para su adecuada actuación se le adscribirá una Unidad del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, asà como, en su caso, los efectivos necesarios del resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que tengan competencias medioambientales, de conformidad con la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Igualmente, podrán adscribirse los profesionales y expertos técnicos necesarios para auxiliarlo de manera permanente u ocasional. La FiscalÃa podrá recabar el auxilio de los agentes forestales o ambientales de las administraciones públicas correspondientes, dentro de las funciones que estos colectivos tienen legalmente encomendadas.

    Tres. Igualmente existirán, en la FiscalÃa General del Estado, Fiscales de Sala Especialistas responsables de la coordinación y supervisión de la actividad del Ministerio Fiscal en materia de protección y reforma de menores, y en aquellas otras materias en que el Gobierno, a propuesta del Ministro de Justicia, oÃdo el Fiscal General del Estado, y previo informe, en todo caso, del Consejo Fiscal, aprecie la necesidad de creación de dichas plazas. Los referidos Fiscales de Sala tendrán facultades y ejercerán funciones análogas a las previstas en los apartados anteriores de este artÃculo, en el ámbito de su respectiva especialidad, asà como las que en su caso pueda delegarles el Fiscal General del Estado, todo ello sin perjuicio de las atribuciones de los Fiscales Jefes de los respectivos órganos territoriales.»

    Dieciséis. Se modifica el artÃculo veintiuno, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo veintiuno.

    Uno. Las FiscalÃas del Tribunal Supremo, ante el Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas, la FiscalÃa Togada, la FiscalÃa de la Audiencia Nacional y las FiscalÃas Especiales tienen su sede en Madrid y extienden sus funciones a todo el territorio del Estado para los asuntos de su competencia. La FiscalÃa del Tribunal Militar Central también tendrá su sede en la capital de España y ejercerá sus funciones ante dicho Tribunal y ante los Juzgados Togados Militares Centrales. Las FiscalÃas de los Tribunales Militares Territoriales tendrán su sede donde resida el Tribunal Militar Territorial respectivo y ejercerán las funciones en el ámbito competencial del mismo.

    Dos. Las FiscalÃas de las Comunidades Autónomas tendrán su sede donde resida el Tribunal Superior de Justicia respectivo, y ejercerán sus funciones en el ámbito competencial del mismo.

    En el supuesto de que existan o se establezcan Salas de los Tribunales Superiores de Justicia con jurisdicción limitada a una o varias provincias de la Comunidad Autónoma, a propuesta o previo informe del Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma, el Fiscal General del Estado, oÃdo el Consejo Fiscal, podrá proponer al Ministro de Justicia la constitución en su sede de una Sección Territorial de la FiscalÃa Superior de la Comunidad Autónoma. La propuesta se comunicará a la Comunidad Autónoma con competencias en materia de justicia para el ejercicio de las mismas.

    Tres. Las FiscalÃas Provinciales tendrán su sede donde la tenga la Audiencia Provincial y extenderán sus funciones a todos los órganos judiciales de la provincia, salvo que con arreglo a las disposiciones de este Estatuto sea competente otro órgano del Ministerio Fiscal. También despacharán los asuntos competencia de órganos judiciales unipersonales de ámbito superior al provincial, cuando asà lo disponga el Fiscal General del Estado, oÃdo el Consejo Fiscal, y el Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma.

    En el caso de Comunidades Autónomas uniprovinciales, atendiendo a su volumen de actividad, el Gobierno, a propuesta del Fiscal General del Estado, oÃdo el Consejo Fiscal y el Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma, podrá establecer que la FiscalÃa de la Comunidad Autónoma asuma también las funciones de la FiscalÃa Provincial.

    Cuatro. Las FiscalÃas de Área ejercerán sus funciones en el ámbito territorial inferior a la provincia en el que proceda su creación dado el volumen de asuntos, el número de órganos judiciales o la existencia de una sección de la Audiencia Provincial en sede distinta de la capital de la misma, pudiendo abarcar uno o más partidos judiciales de dicha provincia, y teniendo su sede en el lugar que determine la norma que las establezca.

    Cinco. Los miembros del Ministerio Fiscal podrán actuar y constituirse en cualquier punto del territorio de su FiscalÃa.

    No obstante, cuando el volumen o la complejidad de los asuntos lo requiera, el Fiscal General del Estado, de oficio o a propuesta del Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma, oÃdos el Consejo Fiscal y los Fiscales Jefes de los órganos afectados, podrá ordenar que se destaquen temporalmente uno o varios Fiscales a una FiscalÃa determinada. Igualmente, con la autorización del Fiscal General del Estado, cualquier Fiscal podrá actuar en cualquier punto del territorio del Estado.

    Seis. Lo establecido en este artÃculo deberá entenderse sin perjuicio de que, cuando los Tribunales y Juzgados se constituyan en lugar distinto de su sede legal o cuando el ejercicio de sus funciones lo requiera, pueda el Ministerio Fiscal, por medio de sus miembros, constituirse ante un órgano judicial con sede distinta a la de la FiscalÃa respectiva.»

    Diecisiete. Se modifican los apartados tres, cuatro y cinco, y se añaden los apartados seis, siete, ocho, nueve y diez del artÃculo veintidós, que quedan redactados de la siguiente forma:

    «ArtÃculo veintidós.

    Tres. El Fiscal General del Estado podrá delegar a los Fiscales de Sala funciones relacionadas con la materia propia de su competencia. Los Fiscales de Sala Delegados asumirán dichas funciones en los términos y con los lÃmites que establezca el acto de delegación, que será revocable y en todo caso se extinguirá cuando cese el Fiscal General. Dentro de tales lÃmites, los Fiscales de Sala podrán proponer al Fiscal General del Estado las Circulares e Instrucciones que considere necesarias, participar en la determinación de los criterios para la formación de los Fiscales especialistas y coordinar a nivel estatal la actuación de las FiscalÃas, sin perjuicio de las facultades de los respectivos Fiscales Jefes de los órganos territoriales.

    Cuatro. Los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas, además de dirigir su FiscalÃa, actuarán en todo el territorio de la Comunidad Autónoma correspondiente, asumiendo en el mismo la representación y la jefatura del Ministerio Fiscal, sin perjuicio de las atribuciones del Fiscal General del Estado. En consecuencia, presidirán la Junta de Fiscales Jefes de su territorio, y ejercerán dentro del mismo las funciones previstas en los artÃculos Once, Veintiuno, Veinticinco y Veintiséis de este Estatuto, las que delegue el Fiscal General del Estado, asà como las que les correspondan en materia disciplinaria con arreglo a esta Ley o al reglamento que la desarrolle. En el caso de las Comunidades Autónomas uniprovinciales mencionadas en el artÃculo Veintiuno, apartado Tres, el Fiscal Superior asumirá también las funciones que, con arreglo a este Estatuto o a las normas que lo desarrollen, correspondan al Fiscal Jefe de la FiscalÃa Provincial.

    Cinco. El Fiscal Jefe de cada órgano ejercerá la dirección de éste y actuará siempre en representación del Ministerio Fiscal bajo la dependencia de sus superiores jerárquicos y del Fiscal General del Estado.

    Corresponde a los Fiscales Jefes de cada órgano:

  62. Organizar los servicios y la distribución del trabajo entre los Fiscales de la plantilla y la adscripción de los componentes de la Sección de Menores, oÃda la Junta de FiscalÃa.

  63. Conceder los permisos y licencias de su competencia.

  64. Ejercer la facultad disciplinaria en los términos que establezcan el presente Estatuto y su reglamento.

  65. Hacer las propuestas de recompensas, de méritos y las menciones honorÃficas que procedan.

  66. Las demás facultades que este Estatuto u otras disposiciones le confieran.

    Lo dispuesto en este apartado se entiende sin perjuicio de las facultades que atribuye al Ministro de Defensa el artÃculo 92 de la Ley Orgánica 4/1987, de 15 de julio, de Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar.

    Seis. El Teniente Fiscal, en las FiscalÃas donde exista, asumirá las funciones de dirección o coordinación que le delegue el Fiscal Jefe, y sustituirá a éste en caso de ausencia, vacante o imposibilidad.

    Siete. Los Fiscales Jefes de las FiscalÃas Provinciales estarán jerárquicamente subordinados al Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma y se integrarán, bajo la presidencia de éste, en la Junta de Fiscales Jefes de la Comunidad Autónoma.

    Ocho. Los Fiscales Jefes de las FiscalÃas de Área estarán jerárquicamente subordinados a los Fiscales Jefes de las FiscalÃas Provinciales. En caso de ausencia, vacante o imposibilidad serán sustituidos por el Fiscal Decano más antiguo de la FiscalÃa de Área, y en su defecto, por el propio Fiscal Jefe de la FiscalÃa Provincial o en quien éste delegue mientras subsista la situación que motivó la sustitución.

    Nueve. Los Fiscales Decanos ejercerán la dirección y coordinación de las Secciones de FiscalÃa de acuerdo con las instrucciones del Fiscal Jefe Provincial y, en su caso, del Fiscal superior de la Comunidad Autónoma, y por delegación de éstos.

    Diez. El Teniente Fiscal de la FiscalÃa Provincial, los Fiscales Jefes de Área y los Fiscales Decanos integran la Junta de Coordinación de la FiscalÃa Provincial, que será convocada periódicamente y dirigida por el Fiscal Jefe Provincial, con el fin de coordinar la dirección del Ministerio Fiscal en su ámbito territorial.»

    Dieciocho. Se modifica el artÃculo veintitrés, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo veintitrés.

    Los miembros del Ministerio Fiscal son autoridad a todos los efectos y actuarán siempre en representación de la Institución. En cualquier momento de la actividad que un Fiscal esté realizando en cumplimiento de sus funciones o antes de iniciar la que le estuviese asignada en virtud del sistema de distribución de asuntos entre los miembros de la FiscalÃa, podrá su superior jerárquico inmediato, mediante resolución motivada, avocar para sà el asunto o designar a otro Fiscal para que lo despache. Si existe discrepancia resolverá el superior jerárquico común a ambos. La sustitución será comunicada en todo caso al Consejo Fiscal, que podrá expresar su parecer.»

    Diecinueve. Se modifica el artÃculo veinticuatro, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo veinticuatro.

    Uno. Para mantener la unidad de criterios, estudiar los asuntos de especial trascendencia o complejidad o fijar posiciones respecto a temas relativos a su función, cada FiscalÃa celebrará periódicamente juntas de todos sus componentes. A las Juntas de las FiscalÃas especiales podrán ser convocados sus Fiscales Delegados.

    Los acuerdos de la mayorÃa tendrán carácter de informe, prevaleciendo después del libre debate el criterio del Fiscal Jefe. Sin embargo, si esta opinión fuese contraria a la manifestada por la mayorÃa de los asistentes, deberá someter ambas a su superior jerárquico. Hasta que se produzca el acuerdo del superior jerárquico, de requerirlo el tema debatido, el criterio del Fiscal Jefe gozará de ejecutividad en los extremos estrictamente necesarios.

    Dos. Con la finalidad prevista en el número anterior, los Fiscales adscritos a las distintas secciones que integran la FiscalÃa del Tribunal Supremo celebrarán Juntas de Sección, que estarán presididas por el Fiscal de Sala respectivo. En los casos en que el criterio del Fiscal Jefe fuera contrario a la opinión mantenida por la mayorÃa de los integrantes de la Junta, resolverá el Fiscal General del Estado, oÃdo el Consejo Fiscal o la Junta de Fiscales de Sala según el ámbito propio de sus respectivas funciones.

    Aquellas secciones de la FiscalÃa del Tribunal Supremo cuya jefatura estuviera integrada por más de un Fiscal de Sala podrán celebrar juntas que agrupen a los Fiscales distribuidos en las diferentes unidades organizativas que integren cada sección. Sin embargo, los asuntos de especial trascendencia o complejidad y aquellos que afecten a la unidad de criterio habrán de ser debatidos en Junta de Sección que será presidida por el Fiscal de Sala más antiguo. A los efectos previstos en el párrafo primero de este apartado, bastará que la discrepancia respecto del criterio de la mayorÃa sea provocada por el parecer de uno solo de los Fiscales de Sala que integran la sección.

    Con el fin de dar cuenta de la actividad estadÃstica de las distintas secciones y para el tratamiento de aquellas cuestiones que pudieran afectar a la organización de los diferentes servicios de carácter general, los Fiscales celebrarán Junta de Fiscales del Tribunal Supremo. Estas juntas serán presididas por el Fiscal General del Estado, que podrá ser sustituido por el Teniente Fiscal del Tribunal Supremo.

    Tres. Sin perjuicio de las Juntas de Fiscales previstas en el apartado Uno de este artÃculo, los Fiscales Jefes Provinciales podrán convocar las juntas de coordinación previstas en el artÃculo Veintidós.Diez, con el fin de tratar cuestiones relativas a la dirección y coordinación de los distintos servicios, sin que en ningún caso puedan sustituir en sus funciones a la Junta General.

    Asimismo, para mantener la unidad de criterios o fijar posiciones respecto a temas relativos a su función, los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas podrán convocar, como superiores jerárquicos, Junta de Fiscales que integre a quienes desempeñaren la jefatura de las FiscalÃas Provinciales en los respectivos ámbitos territoriales.

    Cuatro. Las Juntas de Fiscales podrán ser ordinarias o extraordinarias. Las ordinarias se celebrarán al menos semestralmente. Su orden del dÃa será fijado por el Fiscal Jefe, si bien deberán incluirse en el mismo aquellos otros asuntos o temas que propongan por escrito y antes del comienzo de la Junta, un quinto, al menos, de los Fiscales destinados en las FiscalÃas. También podrá deliberarse, fuera del orden del dÃa, sobre aquellos asuntos que proponga cualquiera de los asistentes a la Junta y el Fiscal Jefe acuerde someter a debate.

    Las Juntas extraordinarias se convocarán para debatir cuestiones que por su urgencia o complejidad se estime oportuno no relegar a la Junta ordinaria. La convocatoria, que expresará el orden del dÃa, deberá hacerla el Fiscal Jefe, bien por propia iniciativa, bien en virtud de moción suscrita por un tercio de los Fiscales destinados en la FiscalÃa.

    La asistencia a las Juntas es obligatoria para todos los Fiscales según su respectiva composición, salvo ausencia justificada apreciada por el Fiscal Jefe. Los Fiscales sustitutos asistirán a las Juntas con voz pero sin voto, cuando sean convocados por el Fiscal Jefe.»

    Veinte. Se modifica el artÃculo veinticinco, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo veinticinco.

    El Fiscal General del Estado podrá impartir a sus subordinados las órdenes e instrucciones convenientes al servicio y al ejercicio de las funciones, tanto de carácter general como referidas a asuntos especÃficos. Cuando dichas instrucciones se refieran a asuntos que afecten directamente a cualquier miembro del Gobierno, el Fiscal General deberá oÃr con carácter previo a la Junta de Fiscales de Sala.

    Los miembros del Ministerio Fiscal pondrán en conocimiento del Fiscal General del Estado los hechos relativos a su misión que por su importancia o trascendencia deba conocer. Las órdenes, instrucciones y comunicaciones a que se refieren este párrafo y el anterior se realizarán a través del superior jerárquico, a no ser que la urgencia del caso aconseje hacerlo directamente, en cuyo supuesto se dará ulterior conocimiento al mismo.

    Análogas facultades tendrán los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas respecto a los Fiscales Jefes de su ámbito territorial, y ambos respecto de los miembros del Ministerio que les estén subordinados.

    El Fiscal que reciba una orden o instrucción concerniente al servicio y al ejercicio de sus funciones, referida a asuntos especÃficos, deberá atenerse a las mismas en sus dictámenes pero podrá desenvolver libremente sus intervenciones orales en lo que crea conveniente al bien de la justicia.»

    Veintiuno. Se modifica el artÃculo veintiséis, que queda redactado de la siguiente forma:

    «El Fiscal General del Estado podrá llamar a su presencia a cualquier miembro del Ministerio Fiscal para recibir directamente sus informes y darle las instrucciones que estime oportunas, trasladando, en este caso, dichas instrucciones al Fiscal Jefe respectivo. El Fiscal General del Estado podrá designar a cualquiera de los miembros del Ministerio Fiscal para que actúe en un asunto determinado, ante cualquiera de los órganos jurisdiccionales en que el Ministerio Fiscal está legitimado para intervenir, oÃdo el Consejo Fiscal.»

    Veintidós. Se modifica el artÃculo veintiocho, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo veintiocho.

    Los miembros del Ministerio Fiscal no podrán ser recusados. Se abstendrán de intervenir en los pleitos o causas cuando les afecten algunas de las causas de abstención establecidas para los Jueces y Magistrados en la Ley Orgánica del Poder Judicial, en cuanto les sean de aplicación. Las partes intervinientes en los referidos pleitos o causas podrán acudir al superior jerárquico del Fiscal de que se trate interesando que, en los referidos supuestos, se ordene su no intervención en el proceso.

    Cuando se trate del Fiscal General del Estado resolverá la Junta de Fiscales de Sala, presidida por el Teniente Fiscal del Tribunal Supremo.

    Contra las decisiones anteriores no cabrá recurso alguno.»

    Veintitrés. Se modifica la rúbrica del TÃtulo III, que queda redactado de la siguiente forma:

    «TÍTULO III

    Del Fiscal General del Estado, de los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas y de la Carrera Fiscal»

    Veinticuatro. Se modifica el artÃculo veintinueve, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo veintinueve.

    Uno. El Fiscal General del Estado será nombrado por el Rey, a propuesta del Gobierno, oÃdo previamente el Consejo General del Poder Judicial, eligiéndolo entre juristas españoles de reconocido prestigio con más de quince años de ejercicio efectivo de su profesión.

    Dos. Recibido el informe del Consejo General del Poder Judicial, el Gobierno comunicará su propuesta al Congreso de los Diputados, a fin de que pueda disponer la comparecencia de la persona elegida ante la Comisión correspondiente de la Cámara, en los términos que prevea su reglamento a los efectos de que se puedan valorar los méritos e idoneidad del candidato propuesto.

    Tres. Una vez nombrado, el Fiscal General del Estado prestará ante el Rey el juramento o promesa que previene la Ley y tomará posesión del cargo ante el Pleno del Tribunal Supremo.»

    Veinticinco. Se modifica el artÃculo treinta y uno, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo treinta y uno.

    Uno. El mandato del Fiscal General del Estado tendrá una duración de cuatro años. Antes de que concluya dicho mandato únicamente podrá cesar por los siguientes motivos:

  67. a petición propia,

  68. por incurrir en alguna de las incompatibilidades o prohibiciones establecidas en esta Ley,

  69. en caso de incapacidad o enfermedad que lo inhabilite para el cargo,

  70. por incumplimiento grave o reiterado de sus funciones,

  71. cuando cese el Gobierno que lo hubiera propuesto.

    Dos. El mandato del Fiscal General del Estado no podrá ser renovado, excepto en los supuestos en que el titular hubiera ostentado el cargo durante un periodo inferior a dos años.

    Tres. La existencia de las causas de cese mencionadas en los apartados a), b), c) y d) del número anterior será apreciada por el Consejo de Ministros.

    Cuatro. Serán aplicables al Fiscal General del Estado las incompatibilidades establecidas para los restantes miembros del Ministerio Fiscal, sin perjuicio de las facultades o funciones que le encomienden otras disposiciones del mismo rango.

    Cinco. Su régimen retributivo será idéntico al del Presidente del Tribunal Supremo.

    Seis. Si el nombramiento de Fiscal General recayese sobre un miembro de la Carrera Fiscal quedará en situación de servicios especiales.»

    Veintiséis. Se modifica el artÃculo Treinta y cuatro, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo treinta y cuatro.

    Las categorÃas de la carrera fiscal serán las siguientes:

    1. ª Fiscales de Sala del Tribunal Supremo, equiparados a Magistrados del Alto Tribunal. El Teniente Fiscal del Tribunal Supremo tendrá la consideración de Presidente de Sala.

    2. ª Fiscales, equiparados a Magistrados.

    3. ª Abogados-Fiscales, equiparados a Jueces.»

    Veintisiete. Se modifica el artÃculo Treinta y cinco, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo treinta y cinco.

    Uno. Será preciso pertenecer a la categorÃa primera para servir los siguientes destinos:

  72. Teniente Fiscal del Tribunal Supremo, que además deberá contar con tres años de antigüedad en la dicha categorÃa.

  73. Fiscal Jefe Inspector.

  74. Fiscal Jefe de la SecretarÃa Técnica.

  75. Fiscal Jefe de la Unidad de Apoyo.

  76. Fiscal Jefe de la Audiencia Nacional.

  77. Fiscal Jefe de las FiscalÃas Especiales.

  78. Fiscal Jefe de la FiscalÃa ante el Tribunal Constitucional.

  79. Fiscal Jefe del Tribunal de Cuentas.

  80. Fiscal de Sala del Tribunal Supremo.

  81. Fiscal de Sala de la FiscalÃa Togada.

  82. Los demás puestos de Fiscales de Sala que se determinen en plantilla con arreglo a las disposiciones de este Estatuto.

    Dos. Los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas y los Fiscales Jefes de las FiscalÃas Provinciales tendrán la categorÃa equiparada a la de los Presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia y Presidentes de las Audiencias Provinciales, respectivamente.

    Tres. Será preciso pertenecer a la categorÃa segunda para servir los restantes cargos en las FiscalÃas del Tribunal Supremo, ante el Tribunal Constitucional, FiscalÃa de la Audiencia Nacional, FiscalÃas Especiales, Tribunal de Cuentas, Inspección Fiscal, Unidad de Apoyo y SecretarÃa Técnica. También será preciso pertenecer a la categorÃa segunda para servir el cargo de Fiscal Jefe y Teniente Fiscal.

    Cuatro. La plantilla orgánica fijará la categorÃa necesaria para servir los restantes destinos fiscales dentro de la segunda y de la tercera categorÃa.»

    Veintiocho. Se modifica el artÃculo treinta y seis, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo treinta y seis.

    Uno. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado Tres de este artÃculo, los destinos correspondientes a la categorÃa primera, los de Fiscales del Tribunal Supremo, los de Fiscales Superiores de Comunidades Autónomas y los de Fiscales Jefes se proveerán por el Gobierno, a propuesta del Fiscal General del Estado, de acuerdo con lo previsto en el artÃculo 13 de este Estatuto. De igual modo serán designados los Tenientes Fiscales de las FiscalÃas de las Comunidades Autónomas y los Fiscales que integren la plantilla de todos aquellos órganos cuyo jefe pertenezca a la categorÃa primera. Cuando los Estatutos de AutonomÃa prevean la existencia del Consejo de Justicia de la Comunidad Autónoma, éste será oÃdo necesariamente con carácter previo al nombramiento del Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma.

    Recibido el informe del Consejo de Justicia de la Comunidad Autónoma, se comunicará la propuesta de candidato a la respectiva Asamblea Legislativa autonómica, a fin de que pueda disponer la comparecencia de la persona propuesta ante la Comisión correspondiente de la Cámara, en los términos que prevea su reglamento, a los efectos de que pueda valorar los méritos e idoneidad del candidato propuesto.

    Para los cargos de Fiscal del Tribunal Supremo, de Fiscal Superior de las Comunidades Autónomas, de Fiscal ante el Tribunal Constitucional, de Fiscal del Tribunal de Cuentas y de Inspector Fiscal, será preciso contar con al menos 15 años de servicio en la carrera y pertenecer ya a la categorÃa segunda.

    Para los cargos de Fiscal de la Audiencia Nacional y de Fiscal Jefe de FiscalÃa Provincial será preciso contar con, al menos, diez años de servicio en la carrera y pertenecer ya a la categorÃa segunda. Igual antigüedad se exigirá a los Fiscales de las FiscalÃas Especiales y al Teniente Fiscal de la SecretarÃa Técnica.

    Para los cargos de Fiscales adscritos a los Fiscales de Sala integrados en la FiscalÃa General del Estado será preciso contar con, al menos, diez años de servicio en la carrera, pertenecer a la categorÃa segunda y tener una mÃnima especialización acreditable en la materia a la que son adscritos.

    Para acceder al cargo de Fiscal Jefe de área será preciso pertenecer a la segunda categorÃa.

    Dos. El Teniente Fiscal Inspector y los Fiscales de la Inspección Fiscal serán designados por un plazo máximo de 10 años. Una vez cesen en sus cargos, se incorporarán en calidad de adscritos, a su elección, a la FiscalÃa en la que estuvieren destinados antes de ocupar la plaza de la Inspección o a la FiscalÃa de la Comunidad Autónoma o Provincial de Madrid, hasta ocupar plaza en propiedad.

    Tres. El Fiscal Jefe, el Teniente Fiscal y los Fiscales de la SecretarÃa Técnica, los Fiscales de la Unidad de Apoyo y los Fiscales adscritos a los Fiscales de Sala integrados en la FiscalÃa General del Estado serán designados y relevados directamente por el propio Fiscal General del Estado, y cesarán con éste, si bien continuarán ejerciendo sus funciones hasta que sean relevados o confirmados en sus cargos por el nuevo Fiscal General. Los nombramientos a los que se refiere este apartado, asà como, en su caso, el correspondiente ascenso a la primera categorÃa del candidato a Fiscal Jefe de la SecretarÃa Técnica, serán comunicados por el Fiscal General al Consejo Fiscal antes de elevar la correspondiente propuesta al Gobierno, sin que sea de aplicación lo dispuesto en el artÃculo trece y en el apartado primero de este artÃculo.

    Una vez relevados o cesados, el Teniente fiscal de la SecretarÃa Técnica y los Fiscales a los que se refiere el párrafo anterior se incorporarán en calidad de adscritos, a su elección y hasta obtener plaza en propiedad, a la FiscalÃa de la Comunidad Autónoma o Provincial de Madrid o a la FiscalÃa en la que estuviesen destinados antes de ocupar plaza en la SecretarÃa Técnica, en la Unidad de Apoyo o antes de haber sido adscritos a los Fiscales de Sala integrados en la FiscalÃa General del Estado.

    Cuatro. Los Fiscales Decanos de las Secciones de las FiscalÃas en las que existan serán nombrados y, en su caso, relevados mediante resolución dictada por el Fiscal General del Estado, a propuesta motivada del Fiscal Jefe respectivo.

    La plantilla orgánica determinará el número máximo de Fiscales Decanos que se puedan designar en cada FiscalÃa, atendiendo a las necesidades organizativas de las mismas. Para la cobertura de estas plazas será preciso, con carácter previo a la propuesta del Fiscal Jefe correspondiente, realizar una convocatoria entre los Fiscales de la plantilla. A la propuesta se acompañará relación del resto de los Fiscales que hayan solicitado el puesto con aportación de los méritos alegados.

    Cinco. Los demás destinos fiscales se proveerán mediante concurso entre funcionarios de la categorÃa, atendiendo al mejor puesto escalafonal. Para solicitar nuevo destino habrá de permanecerse, cuando menos, dos años en el anterior, siempre que se hubiera accedido a aquel a petición propia, salvo en el primer destino para aquellos Fiscales tras su ingreso en la carrera fiscal una vez superado el proceso selectivo, en cuyo caso el plazo será de un año.

    Los destinos que queden desiertos se cubrirán con los Fiscales que asciendan a la categorÃa necesaria.

    Seis. Para la provisión de plazas en las FiscalÃas con sede en Comunidades Autónomas con idioma cooficial será mérito determinante la acreditación, con arreglo a los criterios que reglamentariamente se establezcan, del conocimiento de dicho idioma.

    Se valorará, como mérito preferente, con arreglo a los criterios que reglamentariamente se establezcan, el conocimiento del Derecho propio de la Comunidad.

    Siete. La provisión de destinos de la FiscalÃa JurÃdico Militar se llevará a cabo con arreglo a lo dispuesto en la Ley Orgánica reguladora de la Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar.»

    Veintinueve. Se modifica el artÃculo cuarenta y uno, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo cuarenta y uno.

    Uno. El Teniente fiscal del Tribunal Supremo, los Fiscales de Sala a que se refieren los artÃculos Veinte y Treinta y Cinco. Uno k) de este Estatuto y los demás Fiscales Jefes pertenecientes a la primera categorÃa serán nombrados por un perÃodo de cinco años, transcurridos los cuales cesarán en sus cargos, salvo que sean nombrados de nuevo para esa jefatura por sucesivos periodos de idéntica duración. A la expiración del plazo legal, si no fueran confirmados o nombrados para otra jefatura, quedarán adscritos a la FiscalÃa del Tribunal Supremo o a cualquiera de las FiscalÃas cuyo Jefe pertenezca a la primera categorÃa, conservando en todo caso su categorÃa.

    A los efectos del párrafo anterior tendrán la consideración de Fiscales Jefes los que lo sean de las distintas secciones de la FiscalÃa del Tribunal Supremo.

    Dos. Para el nombramiento y cese del Fiscal Jefe de la SecretarÃa Técnica se procederá con arreglo al artÃculo Treinta y seis. Una vez cesado, quedará en la misma situación prevista en el número anterior.

    Tres. Los Fiscales Jefes pertenecientes a la segunda categorÃa, los Tenientes Fiscales de las FiscalÃas cuyo Jefe pertenezca a la primera categorÃa y los Tenientes Fiscales de las FiscalÃas de las Comunidades Autónomas serán nombrados por un perÃodo de cinco años, transcurridos los cuales cesarán en sus cargos, salvo que sean nombrados de nuevo para el mismo cargo por sucesivos perÃodos de idéntica duración.

    Cuatro. Los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas, los Fiscales Jefes pertenecientes a la segunda categorÃa y los Tenientes Fiscales mencionados en el apartado tres de este artÃculo, una vez relevados o cesados en sus cargos, o en caso de renuncia aceptada por el Fiscal General del Estado, quedarán adscritos, a su elección y hasta la obtención de un destino con carácter definitivo, a la FiscalÃa en la que han desempeñado la jefatura o tenencia, o a la FiscalÃa en la que prestaban servicio cuando fueron nombrados para el cargo.

    Cinco. Sin perjuicio de lo anterior, los Fiscales Jefes de los respectivos órganos y los Tenientes Fiscales mencionados en el apartado tres de este artÃculo podrán ser removidos por el Gobierno a propuesta del Fiscal General del Estado, que deberá oÃr previamente al Consejo Fiscal y al interesado y, en su caso, al Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma. Los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas podrán proponer también al Fiscal General del Estado la remoción por el Gobierno de los Fiscales Jefes de los órganos de su ámbito territorial.»

    Treinta. Se modifica el artÃculo cuarenta y cuatro, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo cuarenta y cuatro.

    Están incapacitados para el ejercicio de funciones fiscales:

    1. º Los que no tengan la necesaria aptitud fÃsica o intelectual.

    2. º Los que hayan sido condenados por delito doloso, mientras no hayan obtenido rehabilitación. En los casos en que la pena no fuera superior a seis meses, el Fiscal General del Estado, de forma motivada y atendiendo a la entidad del delito cometido, podrá sustituir la pérdida de la condición de Fiscal por la sanción de suspensión de hasta tres años.

    3. º Los concursados no rehabilitados.

    4. º Los que pierdan la nacionalidad española.»

    Treinta y uno. Se modifica el artÃculo cuarenta y cinco, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo cuarenta y cinco.

    Uno. La condición de miembro del Ministerio Fiscal se adquiere, una vez hecho válidamente el nombramiento, por el juramento o promesa, y la toma de posesión.

    Dos. Los miembros del Ministerio Fiscal, antes de tomar posesión de su primer destino, prestarán juramento o promesa de guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y desempeñar fielmente las funciones fiscales con lealtad al Rey. El juramento o promesa se prestará ante la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia a cuyo territorio hayan sido destinados, junto a cuyo Presidente se situará el Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma.

    Igualmente, jurarán o prometerán su cargo los Fiscales de Sala, al acceder a la primera categorÃa de la carrera fiscal. Dicho acto tendrá lugar ante la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, junto a cuyo Presidente se situará el Fiscal General del Estado.

    Tres. Los Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas tomarán posesión en la ciudad donde tenga la sede su FiscalÃa, en un acto presidido por el Fiscal General del Estado.

    Los Fiscales Jefes de las FiscalÃas Provinciales y de las FiscalÃas de Área tomarán posesión en el lugar donde tenga la sede su FiscalÃa, en un acto presidido por el Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma, salvo que asista el Fiscal General del Estado, en cuyo caso será éste quien presida el acto.

    El resto de los Fiscales tomarán posesión ante el Fiscal Jefe de la FiscalÃa a la que vayan destinados, salvo que asista al acto el Fiscal General del Estado u otro miembro de rango superior a la escala jerárquica del Ministerio Fiscal, en cuyo caso será éste quien presida el acto.

    En todos los casos previstos en este apartado, el Presidente del Tribunal Superior de Justicia y, en su caso, el de la respectiva Audiencia Provincial, ocuparán el lugar preferente que les corresponda en la presidencia del acto.

    Cuatro. La toma de posesión tendrá lugar dentro de los veinte dÃas naturales siguientes a la publicación del nombramiento para el destino de que se trate, o en el plazo superior que se conceda cuando concurran circunstancias que lo justifiquen, y se conferirá por el Jefe de la FiscalÃa o quien ejerza sus funciones.»

    Treinta y dos. Se modifica el apartado seis del artÃculo cincuenta y siete, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo cincuenta y siete.

    Seis. Con el ejercicio de la abogacÃa, excepto cuando tenga por objeto asuntos personales del Fiscal, de su cónyuge o persona a quien se halle ligado de forma estable por análoga relación de afectividad, de los hijos sujetos a su patria potestad o de las personas sometidas a su tutela, con el ejercicio de la procuradurÃa, asà como todo tipo de asesoramiento jurÃdico, sea o no retribuido.

    La incompatibilidad con el ejercicio de la abogacÃa se extenderá en todo caso a la llevanza, directamente o mediante persona interpuesta, de aquellos asuntos en los que el Fiscal hubiese intervenido como tal, aun cuando haya pasado con posterioridad a la situación de excedencia. A este supuesto le será aplicable el régimen de responsabilidad disciplinaria previsto en el Estatuto General de la AbogacÃa para quienes ejerzan la profesión de abogado estando incursos en causa de incompatibilidad.»

    Treinta y tres. Se modifica el artÃculo cincuenta y ocho, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo cincuenta y ocho.

    Los miembros del Ministerio Fiscal no podrán ejercer sus cargos:

    Uno. En las FiscalÃas que comprendan dentro de su circunscripción territorial una población en la que su cónyuge o persona a quien se halle ligado de forma estable por análoga relación de afectividad ejerza una actividad industrial o mercantil que obstaculice el imparcial desempeño de su función, a juicio del Consejo Fiscal.

    Dos. En la misma FiscalÃa o sección en la que ejerzan sus parientes, dentro del segundo grado de consanguinidad o afinidad, o su cónyuge, o persona a quien se halle ligado de forma estable por análoga relación de afectividad, cargos de la Carrera Fiscal, siempre que exista dependencia jerárquica inmediata entre ambos.

    A los efectos de este apartado se considerará dependencia jerárquica inmediata la que vincula al Fiscal Jefe de la FiscalÃa con el Teniente Fiscal y con el Decano de cada Sección, asà como a este último con los Fiscales integrados en la Sección respectiva.

    A los mismos efectos, se entenderá que existe dependencia jerárquica inmediata entre el Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma y los Fiscales Jefes Provinciales de la misma Comunidad, y asimismo entre el Fiscal Jefe Provincial y los Fiscales Jefes de Área en la misma provincia.

    Tres. Cuando la Ley Orgánica del Poder Judicial establezca incompatibilidades entre miembros de la carrera judicial y fiscal.

    Cuatro. Como Fiscales Jefes en las FiscalÃas donde ejerzan habitualmente como abogado o procurador su cónyuge o persona a quien se halle ligado de forma estable por análoga relación de afectividad o un pariente dentro del segundo grado de consanguinidad o afinidad, salvo que se trate de circunscripciones territoriales de más de quinientos mil habitantes y sin perjuicio del deber de abstención cuando proceda.

    Cinco. En una FiscalÃa en cuyo territorio hayan ejercido como Abogado o Procurador en los dos años anteriores a su nombramiento.»

    Treinta y cuatro. Se modifica el artÃculo cincuenta y nueve, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo cincuenta y nueve.

    No podrán los miembros del Ministerio Fiscal pertenecer a partidos polÃticos o sindicatos o tener empleo al servicio de los mismos, dirigir a los poderes y funcionarios públicos o a corporaciones oficiales, felicitaciones o censuras por sus actos, ni concurrir con carácter o atributos oficiales a cualesquiera actos o reuniones públicas en que ello no proceda en el ejercicio de sus funciones. Asimismo, tampoco podrán tomar parte en las elecciones legislativas, autonómicas o locales más que para emitir su voto personal.»

    Treinta y cinco. Se modifica el artÃculo sesenta y dos, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo sesenta y dos.

    Se consideran faltas muy graves:

    Uno. El incumplimiento consciente del deber de fidelidad a la Constitución establecido en el artÃculo cuarenta y cinco de esta Ley, cuando asà se apreciara en sentencia firme.

    Dos. El incumplimiento de las órdenes particulares y requerimientos personales dirigidos por escrito en la forma establecida en este Estatuto, cuando de aquel se haya derivado perjuicio en el proceso o alteración relevante en el funcionamiento interno de la FiscalÃa.

    Tres. La afiliación a partidos polÃticos o sindicatos, o el desempeño de empleos o cargos a su servicio.

    Cuatro. La provocación reiterada de enfrentamientos graves con las autoridades de la circunscripción en que el Fiscal desempeñe el cargo, por motivos ajenos al ejercicio de su función.

    Cinco. Las acciones y omisiones que hayan dado lugar en sentencia firme a una declaración de responsabilidad civil contraÃda en el ejercicio de la función por dolo o culpa grave conforme al artÃculo Sesenta de esta Ley.

    Seis. El ejercicio de cualquiera de las actividades incompatibles con el cargo de Fiscal, establecidas en el artÃculo Cincuenta y siete de esta Ley, salvo las que puedan constituir falta grave con arreglo a lo dispuesto en su artÃculo Sesenta y Tres.

    Siete. Provocar el propio nombramiento para alguna FiscalÃa cuando concurra en el nombrado alguna de las situaciones de incompatibilidad o prohibición previstas en el artÃculo Cincuenta y ocho de esta Ley, o mantenerse en el desempeño del cargo en dichos órganos sin poner en conocimiento de la FiscalÃa General del Estado las circunstancias necesarias para proceder al traslado forzoso previsto en el artÃculo Treinta y Nueve, apartado tres.

    Ocho. La inobservancia del deber de abstención a sabiendas de que concurre alguna de las causas legalmente previstas.

    Nueve. La desatención o el retraso injustificado y reiterado en el despacho de los asuntos o en el ejercicio de cualesquiera otras de las funciones que le fueran encomendadas.

    Diez. El abandono del servicio o la ausencia injustificada y continuada por siete dÃas naturales o más de la sede de la FiscalÃa en que se hallase destinado.

    Once. Faltar a la verdad en la solicitud de obtención de permisos, autorizaciones, declaraciones de compatibilidad, dietas y ayudas económicas.

    Doce. La revelación por el Fiscal de hechos o datos conocidos en el ejercicio de su función o con ocasión de ésta, cuando se cause algún perjuicio a la tramitación de un proceso o a cualquier persona.

    Trece. El abuso de la condición de Fiscal para obtener un trato favorable e injustificado de autoridades, funcionarios o profesionales.

    Catorce. La comisión de una falta grave cuando el Fiscal hubiera sido anteriormente sancionado por otras dos graves, que hayan adquirido firmeza, sin que hubieran sido canceladas o procedido la cancelación de las correspondientes anotaciones, conforme a lo establecido en el artÃculo Sesenta y Nueve de esta Ley.

    Quince. La ignorancia inexcusable en el cumplimiento de sus deberes.

    Dieciséis. La absoluta y manifiesta falta de motivación en los informes y dictámenes que la precisen de conformidad con las Instrucciones de la FiscalÃa General del Estado.»

    Treinta y seis. Se modifica el artÃculo sesenta y tres, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo sesenta y tres.

    Se consideran faltas graves:

    Uno. La falta de respeto a los superiores en el orden jerárquico, en su presencia, en escrito que se les dirija o con publicidad.

    Dos. El incumplimiento de las órdenes o requerimientos recibidos en la forma establecida en este Estatuto.

    Tres. El exceso o abuso de autoridad, o falta grave de consideración respecto de los ciudadanos, instituciones, jueces y magistrados, fiscales, secretarios, médicos forenses, funcionarios de los cuerpos de gestión, tramitación y auxilio judicial, abogados y procuradores, graduados sociales y funcionarios de la policÃa judicial y demás personal al servicio de la Administración de Justicia o que preste servicios en la oficina fiscal.

    Cuatro. Dejar de promover la exigencia de responsabilidad disciplinaria que proceda a los secretarios y personal auxiliar subordinado, cuando conocieran o debieran conocer el incumplimiento grave por aquéllos de los deberes que les corresponden.

    Cinco. Revelar hechos o datos conocidos por el Fiscal en el ejercicio de su función o con ocasión de éste, cuando no constituya la falta muy grave del apartado Doce del artÃculo sesenta y dos de esta Ley.

    Seis. La ausencia injustificada y continuada por más de tres dÃas naturales y menos de siete de la sede de la FiscalÃa en que el Fiscal se halle destinado.

    Siete. La inasistencia injustificada a los actos procesales con audiencia pública que estuvieran señalados y a los que hubiera sido citado en la forma legalmente prevista, cuando no constituya falta muy grave.

    Ocho. El retraso injustificado en el despacho de los asuntos de que conozca el Fiscal en el ejercicio de su función, si no constituye falta muy grave.

    Nueve. El ejercicio de cualquier actividad susceptible de declaración de compatibilidad sin obtener la pertinente autorización o habiéndola obtenido con falta de veracidad en los presupuestos alegados.

    Diez. La comisión de una falta de carácter leve habiendo sido sancionado anteriormente por resolución firme por otras dos leves sin que hubieran sido canceladas o procedido la cancelación de las correspondientes anotaciones, conforme a lo establecido en esta Ley.

    Once. Las restantes infracciones de los deberes inherentes a la condición de fiscal, establecidos en esta Ley, cuando mereciesen la calificación de graves, atendidas la intencionalidad del hecho, su trascendencia para la Administración de Justicia y el quebranto sufrido por la dignidad de la función fiscal.

    Doce. Dirigir a los poderes, autoridades o funcionarios públicos o corporaciones oficiales felicitaciones o censuras por sus actos, invocando la condición de fiscal, o sirviéndose de esa condición. Cuando estas actuaciones sean realizadas por Junta de Fiscales se entenderán responsables los que hubieran tomado parte en la votación excepto quienes hayan salvado individualmente su voto.»

    Treinta y siete. Se modifica el artÃculo sesenta y cuatro, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo sesenta y cuatro.

    Se consideran faltas leves:

    Uno. La falta de respeto a los superiores jerárquicos cuando no concurran las circunstancias que calificarÃan la conducta de falta grave.

    Dos. La desatención o desconsideración con iguales o inferiores en el orden jerárquico, con los ciudadanos, instituciones, jueces y magistrados, fiscales, secretarios, médicos forenses, funcionarios de los cuerpos de gestión, tramitación y auxilio judicial, abogados y procuradores, graduados sociales, funcionarios de la policÃa judicial y demás personal al servicio de la Administración de Justicia y demás personal que preste servicio en la oficina fiscal, cuando por sus circunstancias no mereciere la calificación de falta grave.

    Tres. El incumplimiento injustificado o inmotivado de los plazos legalmente establecidos en el despacho de los asuntos que tenga encomendados.

    Cuatro. La ausencia injustificada y continuada de uno a tres dÃas naturales de la sede de la FiscalÃa o adscripción en que el Fiscal se halle destinado.

    Cinco. La simple recomendación de cualesquiera asuntos de que conozcan los juzgados y tribunales.

    Seis. La desatención a las órdenes, requerimientos u observaciones verbales recibidas de sus jefes, salvo que constituya una infracción más grave, conforme a lo prevenido en los dos artÃculos anteriores.

    Siete. La desatención o desconsideración con ciudadanos, instituciones, jueces y magistrados, ante la petición de intervenir en una lengua cooficial, en el caso en que se haya acreditado un conocimiento adecuado y suficiente como mérito.»

    Treinta y ocho. Se modifica el artÃculo Setenta y dos, que queda redactado de la siguiente forma:

    «ArtÃculo setenta y dos.

    Uno. Las FiscalÃas tendrán en todo caso una instalación adecuada en la sede de los Tribunales y Juzgados correspondientes, y además podrán contar con sus propias instalaciones fuera de dichas sedes cuando ello convenga a la mejor prestación del servicio.

    Dos. Las instalaciones del Ministerio Fiscal se hallarán dotadas de los medios precisos que se consignen en las Leyes de Presupuestos.

    Tres. Los Presupuestos Generales del Estado y los de las Comunidades Autónomas que hayan asumido competencias en materia de Administración de Justicia contemplarán, dentro de la Sección que corresponda, y previa ponderación de las necesidades funcionales del Ministerio Fiscal propuestas por el Fiscal General del Estado, previa audiencia, en su caso, a las Comunidades Autónomas con competencias en la materia, las correspondientes partidas presupuestarias adecuadamente singularizadas para atender a aquéllas.

    En todo caso, una de estas partidas será gestionada por la Unidad de Apoyo del Fiscal General y estará destinada a atender los gastos de funcionamiento de la administración de la FiscalÃa General del Estado.»

    Treinta y nueve. Se modifica la disposición transitoria séptima, que queda redactada de la siguiente forma:

    «Disposición transitoria séptima

    El perÃodo máximo de diez años, previsto en el apartado Dos del artÃculo Treinta y seis, por el que son designados los fiscales destinados en la Inspección Fiscal, comenzará a computarse, para los que actualmente están destinados en la misma, a partir de la entrada en vigor de la presente Ley.»

    Cuarenta. Se modifica la disposición transitoria octava, que queda redactada de la siguiente forma:

    «Disposición transitoria octava

    En el plazo de un año desde la entrada en vigor de esta Ley se constituirán las FiscalÃas de las Comunidades Autónomas de acuerdo con lo previsto en el artÃculo Veintiuno. En el momento de su constitución, los actuales Fiscales Jefes de los Tribunales Superiores de Justicia pasarán a denominarse, automáticamente, Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas, permaneciendo en dicho cargo hasta agotar el plazo de cinco años por el que en su dÃa fueron nombrados, sin perjuicio de su ulterior renovación con arreglo a lo dispuesto en el artÃculo Cuarenta y uno, apartado tres. Del mismo modo los Tenientes Fiscales de los Tribunales Superiores de Justicia pasarán a ocupar el cargo de Teniente Fiscal de la FiscalÃa Superior de la Comunidad Autónoma por el perÃodo que reste de su mandato, computado con arreglo a lo dispuesto en el apartado tres del artÃculo Cuarenta y uno y en esta Disposición Transitoria, sin perjuicio, igualmente, de su ulterior renovación.

    A tal fin, una vez fijadas las plantillas de las FiscalÃas Superiores de las Comunidades Autónomas, se convocará, dentro del plazo indicado, el correspondiente concurso con arreglo a lo dispuesto en el artÃculo Treinta y seis, apartado cinco, de este Estatuto Orgánico. Resuelto dicho concurso, los Fiscales que, estando en ese momento destinados en las FiscalÃas de los Tribunales Superiores de Justicia, no hayan obtenido plaza en las nuevas FiscalÃas Superiores, pasarán automáticamente a integrar las respectivas FiscalÃas Provinciales.

    En el mismo plazo de un año, se constituirán las FiscalÃas de Área, a cuyo fin el Gobierno, previo informe del Fiscal General del Estado, oÃdo el Consejo Fiscal y los Fiscales Jefes de los territorios afectados, adoptará las disposiciones necesarias, en particular para la provisión de las plazas de Fiscal Jefe de las mismas. Las Adscripciones Permanentes que no se constituyan como FiscalÃas de Área a través del procedimiento previsto en esta disposición, quedarán automáticamente convertidas en Secciones Territoriales de las FiscalÃas Provinciales, en los términos previstos en el párrafo segundo del apartado cuatro y el apartado cinco del artÃculo Dieciocho de esta Ley.

    A la entrada en vigor de esta Ley finalizará el mandato de los Tenientes Fiscales comprendidos en el ArtÃculo Cuarenta y uno, apartado tres, que lleven desempeñando su cargo más de cinco años. Las plazas resultantes serán ofrecidas para su cobertura en los términos previstos en esta Ley, pudiendo concurrir a las mismas los afectados por la presente disposición, quienes en todo caso continuarán ejerciendo sus funciones en tanto no se produzcan los nuevos nombramientos. Los nombrados con anterioridad a la entrada en vigor de esta Ley que no hubieran desempeñado su cargo por más de cinco años finalizarán su mandato en el momento en que se cumpla dicho plazo, computado desde la fecha de su nombramiento.»

    Cuarenta y uno. Se modifica la disposición transitoria novena que queda redactada de la siguiente forma:

    «Disposición transitoria novena.

    Quien desempeñe las funciones de Fiscal General del Estado a la entrada en vigor de la presente Ley continuará en el ejercicio de su cargo hasta que se produzca su cese, que sólo tendrá lugar cuando concurra alguno de los supuestos previstos por los apartados a), b), c), d) y e) del artÃculo Treinta y Uno, apartado uno del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.

    Quienes hubieran desempeñado el cargo de Fiscal General del Estado con anterioridad a la entrada en vigor de la presente Ley no quedarán por ello excluidos de la posibilidad de ser propuestos por el Gobierno conforme al artÃculo Veintinueve del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.»

    Disposición derogatoria primera.

    Quedan derogadas las disposiciones transitorias primera a sexta de la Ley 50/1981, de 30 de diciembre, por la que se regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.

    Disposición derogatoria segunda.

    Quedan derogadas cuantas disposiciones de igual o inferior rango se opongan a lo dispuesto en la presente Ley.

    Disposición final única. Entrada en vigor.

    La presente Ley entrará en vigor el dÃa siguiente al de su publicación en el «BoletÃn Oficial del Estado».

    Por tanto,

    Mando a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley.

    Madrid, 9 de octubre de 2007.

    JUAN CARLOS R.

    El Presidente del Gobierno,

    JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO

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